Los Sindicatos LAB, SATSE, ELA, CCOO, UGT y ESK, junto con la plataforma Lehen Arreta Arnasberritzen, hemos registrado hoy las huelgas para los días 12 de abril y 17 de mayo.
La situación que se vive en la Atención Primaria de Osakidetza es insostenible. En los últimos años, hemos denunciado, de manera reiterada, que existe una apuesta intencionada para desmantelar la Atención Primaria. Buena muestra de ello son todos y cada uno de los pasos que ha ido dando Osakidetza desde el año 2007.
El desmantelamiento de la sanidad pública y la grave situación que se vive en Osakidetza son sin duda consecuencia directa de las políticas de recortes de nuestros gobernantes: destrucción de puestos de trabajo, plantillas cada vez más escasas, aumento de la temporalidad, privatización de servicios, no sustitución de bajas y ausencias, no cobertura de puestos vacantes, contratación temporal fraudulenta, aumento de las cargas de trabajo, pérdida de poder adquisitivo, penalización en caso de IT, y un largo etcétera que incluye recortes directos como el realizado en el complemento de Desarrollo Profesional.
En relación con la Atención Primaria, además de todo lo expuesto, hemos venido denunciando dos problemas fundamentales: en primer lugar, que la nueva estructura de OSIs venía a ahondar en ese propósito; y en segundo lugar, que en un corto plazo de tiempo se iba a producir una falta de médicos de Atención Primaria. A esta escasez se ha unido la precariedad laboral que Osakidetza les ha ofrecido y les ofrece, lo que ha hecho que muchos y muchas profesionales hayan optado por orientar su futuro laboral hacia otros horizontes.
Pues bien, lo que hemos venido anunciando y denunciando, ha llegado y desgraciadamente, la Atención Primaria está hoy en la grave situación que habíamos previsto, lo que repercute, además de en las condiciones de trabajo de los y las profesionales, en la calidad asistencial que se ofrece a los usuarios y las usuarias y a los y las pacientes. Los problemas son muchos y de gran calado, siendo los fundamentales los siguientes:
– Las cargas de trabajo son inasumibles: todas las categorías refieren volúmenes inasumibles de trabajo y los datos así lo reflejan. Los y las profesionales médicos y la enfermería no pueden dedicar más de 10 minutos a cada paciente, con lo que ello supone. Lo mismo sucede con los y las Auxiliares de Enfemería. Los y las facultativos y facultativas atienden a una media de 35 pacientes diarios (en algunos periodos, 45) y los/las Auxiliares Administrativos a una media de 100. En todos los casos, a ello se le debe añadir la necesidad de atender otra serie de tareas además de las relativas a la atención directa de personas.
– No se sustituye a los/las profesionales: existe una política de no sustitución de profesionales durante las diferentes ausencias que se puedan producir, especialmente en el caso de los/las facultativos/as y la enfermería. Ello se traduce en que, en la práctica, aquellos y aquellas que están trabajando, tienen que asumir las cargas de trabajo de losl/as ausentes. Esto es algo que se produce de manera sistemática y habitual.
– La espera para ser atendido es cada vez mayor: los/las pacientes, de media, tienen que esperar 4 días para ser atendidos/as, plazo que se alarga sustancialmente si el facultativo/a o enfermero/a que correspondan están ausentes. Además de ello, en múltiples ocasiones, los/as pacientes son atendidos por un/a facultativo/a o un/a enfermero/a distintos al suyo.
– Los/as profesionales se ven obligados a realizar funciones que no les corresponden: ante esta situación, Osakidetza ha optado por poner parches asistenciales que se traducen en un trasvase de funciones entre unos profesionales y otros. Existe una apuesta por abaratar costes y para ello, Osakidetza ha optado por dotar a los centros de salud de plantillas inferiores a las necesidades asistenciales reales, a la vez que pretende eliminar categorías y que el personal asuma funciones que no le son propias.
– Existe una falta de inversión en sanidad: en la CAPV, la inversión que se hace en sanidad respecto del PIB, es 1.200 millones de euros menor que la media de la OCDE y de la que se realiza, la gran mayoría se destina a la atención hospitalaria.
Ante esta situación, Osakidetza se ha negado, en todo momento, a abordar el verdadero problema de fondo, olvidándose de que estamos ante equipos de trabajo multidisciplinares compuestos por diferentes categorías cuyos problemas hay que abordar en su integridad.
Desde el año 2007, la situación ha ido empeorando y durante ese tiempo, ha quedado de manifiesto que no existe ni ha existido voluntad por parte de Osakidetza de revertir esta situación. En la Mesa Sectorial de Osakidetza ni hay ni ha habido contenidos encaminados a reconducir esta situación.
Es urgente abordar el modelo de Atención Primaria, aumentar su presupuesto, dotarla de recursos humanos suficientes en todas las categorías, estabilizar plantillas, revertir los recortes y la pérdida de poder adquisitivo, garantizar la formación para todos y todas, racionalizar las cargas de trabajo, garantizar la calidad asistencial, mejorar las condiciones laborales, terminar con la contratación temporal abusiva, y así un largo etcétera que hemos recogido en una plataforma reivindicativa que haremos llegar a Osakidetza en los próximos días.
Ante esta situación, los sindicatos SATSE, ELA, LAB, CCOO, UGT y ESK hemos realizado una convocatoria de huelga para los días 12 de abril y 17 de mayo y junto con la plataforma Lehen Arreta Arnasberritzen, llamamos a los trabajadores y las trabajadoras de Atención Primaria de Osakidetza a secundarla y a movilizarse.
Asimismo, hacemos un llamamiento a participar en la manifestación convocada en Bilbao, el día 12 de abril a las 12 del mediodía y que partirá desde el Sagrado Corazón.
Además de a los trabajadores y las trabajadoras, hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que también participe en las movilizaciones, en la defensa de la sanidad pública y de la Atención Primaria.
Entendemos que no hay otro camino que el de la movilización. La gravedad de la situación que vive Osakidetza requiere de acciones contundentes e inmediatas, por lo que la movilización es no sólo necesaria, sino el único instrumento útil y válido para revertir esta situación.