Es hora de que las trabajadoras de las residencias de mayores de Gipuzkoa tengan un Convenio Pronvicial en el que se reconozca su fundamental función mediante una regulación y compensaciones adecuadas a la labor prestada. Por responsabilidad con nuestras personas mayores, y ante la pasividad y desentendimiento de la Diputación Foral de Guipuzkoa y de las patronales, hemos llamado a la huelga en la comparecencia realizada frente al Palacio Foral.
La actual situación, una vez más, nos da la razón y nos reafirma en la necesidad de crear un nuevo modelo de atención para personas mayores en el que se ponga en el centro del modelo a nuestras personas mayores y no el negocio de las empresas gestoras; empresas que se enriquecen con el beneplácito de la Diputación Foral de Gipuzkoa, ya que las residencias de personas mayores son un servicio público financiado por todas y todos los gipuzkoanos con nuestros impuestos.
Para que la atención a nuestros mayores sea de calidad, las trabajadoras que les atienden tienen que tener unas condiciones laborales dignas y de calidad. Sin ellas la atención no se puede llevar a cabo.
Con la pandemia, se ha hecho más visible la precariedad laboral de las trabajadoras y, a pesar de eso, no han dejado de estar al pie del cañón y lo seguiran haciendo como lo han demostrado siempre, porque a ellas si les importan nuestros mayores.
El sindicato LAB siempre ha denunciado la falta de personal, los excesivos ritmos de trabajo, la exposición continua a riesgos psicosociales y ergonómicos, etc…
Es hora de abordar en profundidad el actual modelo de cuidados, efectuando una apuesta clara por la gestión publica de los mismos. No obstante, transitoriamente y con carácter inmediato, es hora de traducir los aplausos en hechos concretos, mediante el reconocimiento de la fundamental función de cuidados, mejorando las condiciones laborales de las personas trabajadoras y la calidad del servicio.