En dos semanas, 1.500 personas ahogadas en el Mediterráneo. 2.000 en lo que va de año. Unas cifras bárbaras y escalofriantes, que se unen a las 3.500 personas migrantes muertas durante 2014 en el Mediterráneo.
Denunciamos igualmente con impotencia, rabia y dolor la decisión de la Unión Europea de reducir los medios humanos y técnicos para socorrer a las poblaciones en alta mar, con la excusa de evitar el efecto llamada. Los ministros de Exteriores y de Interior que hoy se reúnen en Luxemburgo están provocando la muerte masiva como único efecto.
Frente a asesinatos inaceptables, frente al desprecio de la Europa del capital frente a la vida de las trabajadoras y trabajadores africanos LAB exige la libertad de circulación y de residencia, y el reconocimiento del derecho de asilo en toda Europa a quienes huyen de la pobreza y de las guerras.