Han comparecido esta mañana en la Comisión de Derechos Sociales, donde han denunciado la imposibilidad de llevar a cabo una atención adecuada a las personas mayores de la residencia a causa de las condiciones laborales impuestas por la empresa gestora. Paralelamente a la comparecencia, se han concentrado en el exterior en defensa de unas condiciones de trabajo dignas.
Este es el comunicado emitido por las y los trabajadores, al hilo de la comparecencia de hoy en la Comisión de Derechos Sociales:
En primer lugar queremos agradecer hoy a los grupos parlamentarios que han solicitado la celebración de esta sesión de trabajo y a los demás que hoy estáis atendiendo nuestro relato y nuestras reivindicaciones. Queremos hacer saber la grave situación que vivimos las trabajadoras de la residencia ASISTENCIAL VILLA DE BETELU. Del mismo modo, queremos denunciar la gestión que hace el grupo Amavir de un servicio público que no garantiza una atención adecuada a nuestros mayores.
La Residencia de Betelu está constituida como empresa independiente, participada en un 67% por el grupo Amavir. Una tercera parte es propiedad del Ayuntamiento de Betelu. La residencia actualmente tiene 40 internos e internas, de los cuales 25 plazas están concertadas desde marzo de 2014. Actualmente, la residencia tiene 25 trabajadoras con contrato indefinido y 7 con contrato eventual.
Desde fecha 1 de agosto de 2013, venimos sufriendo las consecuencias de la Reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy. El grupo Amavir se descolgó de forma unilateral aplicándonos el Convenio Colectivo Estatal de Servicios de Atención a las Personas Dependientes y Desarrollo de la Autonomía Personal. Esto ha supuesto que cada trabajadoras hayamos perdido de media 4.500 euros, con salarios por debajo de los 1.000 euros. Nuestros salarios ya precarios sufrieron un fuerte recorte y hoy en día, todavía cobramos un 13% menos que en el resto de empresas del grupo Amavir en Navarra. Además, trabajamos 100 horas más que en 2013, pasando de 1.692 a 1.792 horas. Lo mismo sucede en el centro de Amavir en Ibañeta, que también se descolgó al convenio estatal en 2013. La empresa nos tiene discriminadas frente a las residencias que este mismo grupo tiene en Pamplona; Oblatas, Mutilva y Argaray.
Hoy en día, la residencia tiene 45 plazas de las cuales 41 están ocupadas. De todas ellas, 25 camas están concertadas con el Gobierno de Navarra. Queremos reseñar que el Gobierno paga por cada cama lo mismo que a Oblatas, Mutilva o Argaray. En todos esos centros las condiciones laborales son mejores que en Betelu o Ibañeta y la empresa nos niega la equiparación. Queda claro que la empresa se beneficia del concierto para lucrarse o enriquecerse a costa del erario público, obteniendo ventajas de la aplicación del convenio estatal.
Se aproxima el primer aniversario de una propuesta de convenio que realizamos a la empresa y de la cuál nunca hemos obtenido respuesta formal alguna. En diciembre, a raíz de hacer pública la situación que sufrimos, la empresa nos hizo una propuesta de “incentivo excepcional variable” con dos pluses, uno en función del absentismo y otro en función de la ocupación del centro. Una propuesta que nos parece inadmisible, en primer lugar, porque trabajando 100 horas más que el resto, Sin que seamos sustituidas es imposible bajar un absentismo que de por sí ya es bajo. Por otro lado ,la ocupación que se nos exige no está en nuestras manos. La empresa hace una propuesta que está más dirigida a la industria que al cuidado de las personas y que nos parece repugnante.
El cuidado de las personas dependientes es una profesión dura y un servicio público que nunca debe convertirse en un negocio. En las actuales condiciones, es imposible ofrecer un servicio digno a las personas, las trabajadoras no aguantan la situación cada vez más penosa y el personal aguanta cada vez menos tiempo. La empresa es incapaz de cubrir las bajas que surgen, nos vemos obligadas a cubrir turnos con los descansos de otras compañeras, personas que incluso se han visto obligadas a doblar turnos de jornadas que nunca acaban. Muchas veces tenemos que hacer tareas de enfermería, ya que existen problemas también para cubrir estas funciones, y un largo etc. Esto demuestra, que en las actuales condiciones de trabajo, es imposible garantizar un cuidado adecuado a las personas. Personas que cada vez necesitan mayores cuidados y son más dependientes.
A toda esta situación, tenemos que añadir la posición del grupo Amavir, que se niega a hablar con las trabajadoras y su representación sindical de todos los problemas existentes. Nos sentimos ninguneadas, olvidadas y marginadas respecto a las demás trabajadoras del grupo Amavir.
La empresa, aunque en numerosas ocasiones justifica su posición argumentando problemas económicos, no nos facilita la información económica que legalmente nos corresponde. Los últimos balances que nos facilitó la empresa datan de 2015, y tenemos la promesa que pronto nos darán las correspondientes a 2016. En las cuentas de 2015 se reflejaba que la empresa arrastraba “una mochila” de las inversiones realizadas para poner en marcha esta residencia. Sin embargo, la evolución de dicho año fue positiva, llegando a tener una correcta relación de ingresos y gastos. A esto hay que añadir que, en la actualidad, la empresa tiene 25 camas concertadas que suponen ingresos fijos mientras dure el concierto, hasta marzo de 2018, y con una ocupación del 90%.
El grupo Amavir es el principal responsable de una situación, ya que no garantiza una correcta asistencia a las y los internos y nos somete a condiciones de trabajo miserables.
El Ayuntamiento de Betelu tiene también gran parte de responsabilidad en la situación actual. Creemos que desde el Gobierno de Navarra se puede hacer algo. No puede ser que pagando lo mismo por una cama concertada en Betelu o en Argaray, las primeras trabajemos 100 horas más y cobremos un 13% menos.