El personal de limpieza subcontratado de Osakidetza llevamos movilizándonos desde el pasado mes de octubre. Inicialmente lo hizimos junto a la plantilla de Osakidetza, en demanda de un servicio público de calidad y en denuncia de los recortes en el servicio. Desde el mes de mayo continúamos, ahora en solitario, en demanda de un convenio digno para el sector.
Pese a haber recibido aplausos y agradecimientos por el papel jugado y la valentía mostrada en su esfuerzo por frenar la pandemia, sus revindicaciones han sido ninguneadas. La situación de las limpiadoras en los centros de salud ya era difícil antes de la pandemia, el trabajo es extenuante; las bajas no se cubren, el personal es insuficiente. La pandemia no ha hecho más que recrudecer esta realidad. Estamos en mínimos. Sin embargo, las empresas se muestran impasibles, reunión tras reunión nunca nada que ofrecer, en una clara estrategia por mantener bloqueado el convenio. Esta actitud tan censurable por parte de las empresas, ha sido también mantenida por el propio departamento público de salud, que ha ignorado todas y cada una de las solicitudes de reunión que se le han enviado.
Tres años de negociación y la situación continua enroscada. Demandamos una carrera profesional que tenía que haberse reconocido en 2012, posibilidad de ampliar nuestras jornadas parciales a medida que se vayan produciendo vacantes, revisión de la sobrecarga de trabajo y seguridad y salud laboral en nuestros puestos.
El pasado 27 de mayo convocamos una jornada de huelga. Una huelga a la que las administraciones respondieron con la imposición de un 100% de servicios mínimos.
Sin embargo y pese a todos los obstaculos, hemos decidido seguir movilizándonos y es por ello, que el próximo martes, 29 de junio, vestiremos nuestros uniformes de desinfección una vez más, en una movilización que se llevará a cabo a las 11:30 frente al Hospital de Cruces.