Las trabajadoras de la subcontrata que se encarga de la limpieza de los edificios de la Diputación de Bizkaia han vuelto a salir a la calle en defensa de sus condiciones laborales. Se han movilizado frente al Palacio Foral, en Bilbo.
Los y las trabajadoras de limpieza de los centros de Diputación no piensan rendirse. El 5 de diciembre de 2017 decidieron sacar las fregonas a la calle, hartas de la congelación salarial que padecen desde el año 2010, de contemplar cómo se han amortizado más de 20 puestos y aumentado las cargas y frecuencias de trabajo. Hartas de ver cómo no se sustituye al personal de baja, bajas que cada vez son más numerosas y más duraderas porque estos ritmos son inasumibles y las trabajadoras terminan enfermando.
Y siendo esta la realidad que afrontan día a día, tenemos delante a una empresa, Garbialdi, que pretende que aceptemos una subida salarial de 0,14€ diarios para poner fin al conflicto.
El pasado mes de mayo completaros un total de 6 días de huelga. Huelgas que fueron secundadas por la mayoría de la plantilla.
La Diputación, entonces, prohibió el acceso a las instalaciones al Comité de Huelga. Dentro del Palacio Foral se celebraba un evento, y que los asistentes comprobasen que las personas que limpian ese mismo edificio lo hacían en condiciones de precariedad, era algo que preferían esconder debajo de la alfombra.
Las pocas trabajadoras que no secundaron los paros realizaron tareas que correspondían a las huelguistas como, por ejemplo, el vaciado de las papeleras de los espacios abiertos al público.
La empresa Garbialdi, por su parte, contrató a tres nuevas trabajadoras entre las dos convocatorias, trabajadoras que prestaron servicio como refuerzo y que además lo hicieron bajo un contrato de prácticas.
Y aunque se personaron en Inspección de Trabajo en múltiples ocasiones, Inspección ha determinado, con un escueto informe, que no existe vulneración del derecho de huelga.
No son invisibles y no piensan rendirse. La semana pasada sus compañeras de la limpieza de la Diputación de Gipuzkoa lo lograron. Alcanzaron un acuerdo histórico que contribuye a poner fin a la brecha salarial existente en el sector. Ahora es el turno de Bizkaia y que tengan por seguro que no pararán hasta conseguirlo.