En una asamblea celebrada la semana pasada, las trabajadoras de Garbialdi decidieron aumentar el número de movilizaciones las próximas semanas. Y de no conseguir por esa vía desbloquear la negociación, volverán a salir a la huelga antes de que finalice el año, que advierten será más dura que la de mayo. Mientras tanto, De momento, hoy han vuelto a levantar sus fregonas frente a la Diputación Foral de Bizkaia.
En una numerosa asamblea celebrada la semana pasada, la mayoría de trabajadoras y sindicatos del sector decidieron intensificar la protesta, dando un mes a la patronal para encontrar una solución. De no haberla, coinciden en que la huelga será la herramienta más eficaz para lograr sus objetivos.
El pasado 2 de octubre, volvieron a celebrar una mesa de negociación con la empresa. La última se celebró el mes de mayo, antes de las seis jornadas de huelga y de las numerosas protestas que la siguieron, por lo que confiaban en que la propuesta de la empresa, en esta ocasión, sería distinta.
No fue así, Garbialdi se limitó a hacer la misma oferta que lleva haciendo desde junio del 2017: 0,3% para 2017, siendo la oferta de un 0% para el resto de años.
Hace muchos años que se encendió la mecha de esta lucha con una reivindicación clara: la equiparación al nivel 6 de Udalhitz; con el incremento del 6,54% del salario que eso supondría.
Equiparación a la administración local, porque son parte estructural de la administración local.
El pasado 5 de diciembre, pusieron marcha un calendario de movilizaciones semanales que no ha tenido interrupción. Han protagonizado entorno a 50 protestas desde entonces. Los meses de lucha, lejos de desgastar a la plantilla, han servido para organizarlas y empoderarlas. Por lo que, llegadas a este punto, apuestan por seguir y por salir a ganar.
La precariedad está en la base del conflicto de Garbialdi, tal y como pasa en el resto de sectores feminizados.