En Araba, Nafarroa, Gipuzkoa y Bizkaia hay 141.582 personas en paro, lo que supone un descenso del 2,13% respecto al año anterior en el conjunto de Hego Euskal Herria. El empleo, sin embargo, se está creando en sectores precarios, con condiciones laborales precarias y con un impacto más directo sobre las vidas de los personas en situación de vulnerabilidad. En Hego Euskal Herria, una de cada dos personas de entre 25 y 64 años vive en una situación de precariedad, sin ingresos suficientes para garantizar una vida digna, a pesar de tener empleo.
Teniendo en cuenta que la responsabilidad de los trabajos de cuidado recae en las mujeres*, cada vez son más las mujeres* que realizan el tránsito hacia el mercado laboral. En el último año, el número de mujeres* afiliadas ha aumentado en 15.357. La calidad del empleo de estas mujeres está* en entredicho, sin embargo, porque los empleos creados tienen unas condiciones precarias notables:
- El 61,45% de los nuevos contratos celebrados entre mujeres* en el último año ha sido a tiempo parcial. Actualmente, el 26,8% de las mujeres* están a tiempo parcial, frente al 11,3% de los hombres.
- En el último mes, aunque ha descendido el número de fijas y fijos discontinuos, entre quienes tienen este tipo de contratos, el 64,67% son mujeres*.
- Aunque en el último mes han descendido los contratos temporales, entre las mujeres* han disminuido en menor proporción. De hecho, mientras que en febrero la contratación temporal a jornada completa es del 9,3% entre los hombres, en las mujeres* es del 13,9%, significativamente más alta.
Entre los colectivos en los que ha aumentado el paro se sitúan las y los menores de 25 años. De hecho, entre las y los jóvenes el paro ha aumentado en un 4,04%. El número de personas sin empleo anterior también ha aumentado. A continuación, destacamos dos razones:
- Por un lado, las personas que han pasado de ser inactivas a buscar activamente trabajo se contabilizan en este grupo porque se entiende que están sin trabajar un año o más.
- Por otro lado, el 28,22% de las personas sin empleo son trabajadoras y trabajadores migrados, recién iniciados e iniciadas en la búsqueda de empleo.
A esta situación hay que añadir que, en el último mes, el 84% de las y los nuevos afiliados se han inscrito en el sector servicios, por lo que la creación de empleo se está produciendo en un sector en el que predominan las condiciones precarias e inestables.
Tal y como estamos señalando en los últimos tiempos desde el sindicato LAB, el paro ha dejado de ser un indicador del mercado laboral y de la calidad del empleo. Y es que, a pesar de la caída del desempleo, las condiciones generales de trabajo y de vida de las y los trabajadores no mejoran y la precariedad estructural reproduce las condiciones para profundizar en la dualización social, aumentando la brecha entre las rentas de trabajo y de capital. Nos resulta imprescindible un nuevo modelo socioeconómico que mejore las condiciones de trabajo y de vida de las y los trabajadores, que dispute el poder al capital y ponga el cuidado en el centro.