Este repago va a suponer el incremento de las aportaciones en farmacia de las personas asalariadas, pasando del 40% al 50% y la obligación para las personas pensionistas a aportar un 10% en los gastos de farmacia, lo que supondrá entre 8 y 16 euros al mes.
El repago es un sistema injusto y un atentado contra la salud. Esta medida que, tan sólo beneficia a la buena salud de las empresa farmacéuticas, implica que el Sistema de Salud sea cada vez menos público, menos universal, menos gratuito, y en consecuencia, más desigual. Se castiga así a los sectores más débiles que se verán obligados a prescindir de tratamientos y medicinas por falta de medios económicos.
Resulta inaudita la falta de contundencia del Gobierno de Urkullu, que imitando al de Barcina, se limitan a aplicar medidas injustas. Resulta preocupante la falta de reacción y voluntad para no aplicar estos recortes, y los que seguirán viniendo. Hacer de los recursos ante el Tribunal Constitucional la única defensa es una auténtica burla, de quien quiere aparentar pero que al final es complaciente. Unas instituciones así no sirven para responder a las necesidades de la mayoría social de nuestro pueblo. Es preciso promover y articular respuestas como pueblo que nos permitan en Euskal Herria contar con nuestro propio Sistema de Salud y decidir de verdad sobre nuestras condiciones de vida y de salud.
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