A ello responden las medidas represivas que hemos sufrido durante los últimos tiempos: la utilziación torticera del concepto terrorismo, por ejemplo contra los jóvenes de Altsasu; el encarcelamiento de luchadores sociales como Bodalo en Andalucia o Rafa, Urtzi y Telle en Euskal Herria; o las agresiones contra el sindicalismo como la reforma de la negociación colectiva, el intento de ilegalización de los sindicatos combativos por parte de Confebask o las multas y sentencias contra la lucha sindical.
La Ley Mordaza ha sido un hito en esa ofensiva contra los derechos de reunión, expresión y manifestación. En dos años, se han abierto más de 11.000 expedientes contra ciudadanos y ciudadanas vascas en base a dicha Ley. Mientras tanto, el fraude fiscal y la corrupción le sale muy barato o gratis a la clase adinerada.
Cuanto más corrupto e injusto es un estado, más utiliza la represión. Esa es la norma que sigue el Estado español. Proponemos a los y las trabajadoras vascas plantarnos ante este proceso; plante a la Ley Mordaza, plante a un estado corrupto e injusto. Construyamos un estado propio sobre la base de los derechos sociales y las libertades democráticas.