El mejor antídoto frente a la extrema derecha es un sindicalismo feminista y antirracista.
La coordinadora general de LAB, Garbiñe Aranburu, ha llamado la atención en su comparecencia de hoy sobre los riesgos que entraña el auge de la extrema derecha para la clase trabajadora, las mujeres* o la gente migrante: «La extrema derecha es autoritarismo, es antidemocrática, es involución». El programa que pretende implantar es en beneficio de la oligarquía, lo que supondrá, según Aranburu, «la expropiación de los trabajadores y trabajadoras, la cada vez mayor limitación de la intervención del sector público en la economía, el impulso a las empresas privadas y el desmantelamiento total de los servicios públicos». En consecuencia, los ricos serán cada vez más ricos y, por el contrario, las y los trabajadores tendrán cada vez más dificultades para hacer frente a sus gastos diarios.
La coordinadora general también se ha referido a las ideas conservadoras impulsadas por la extrema derecha, en la medida en que son la vía de supervivencia que ha encontrado el capitalismo heteropatriarcal, ecocida y racista que trae consigo un aumento de la injusticia y las desigualdades sociales, la crisis climática, las migraciones forzadas por el saqueo de los territorios del Sur Global y las guerras.
A todo ello hay que añadir que el neoliberalismo provoca la fragmentación y atomización de la clase trabajadora e impulsa el individualismo, restando a su vez la importancia a lo colectivo. «De eso se sirve la extrema derecha, utilizando mensajes sencillos para imponer sus ideas y moldes reaccionarios, y no tiene reparos en falsear la realidad con mentiras», ha explicado Aranburu. En consecuencia, se normalizan ciertas actitudes y mentalidades que parecían impensables.
Se trata de un fenómeno extendido que está consolidando alianzas internacionales que condicionan totalmente la agenda política y están llevando a la derecha cada vez más al extremo. En el caso europeo, se extreman las normas sobre endeudamiento público, se destina cada vez más dinero al gasto militar y toma fuerza la opción de volver a los tiempos de austeridad. Ante esta situación, la izquierda tiene dificultades para proyectarse como alternativa sólida. Es un reto considerable, pero Aranburu insiste en que es imprescindible que el sindicalismo tome cartas en el asunto: «Hay mimbres para combatir esa ola reaccionaria en Euskal Herria desde la izquierda, el independentismo y el sindicalismo. Un sindicalismo de clase fuerte, con un fuerte carácter de contrapoder. El sindicalismo feminista, el sindicalismo antirracista son el antídoto para combatir a la extrema derecha». Y es que, en contra del fascismo, es de suma importancia que exista un movimiento sociosindical organizado y activo.
Por todo ello, en las elecciones europeas hay que activar el voto de los y las trabajadoras, según Aranburu: «Hagamos frente a las políticas migratorias racistas, al desmantelamiento de los servicios públicos, a la involución en derechos sociales y a las guerras. Apostemos por la democracia y la soberanía, la justicia social, la transición ecosocialista y el feminismo».
Número 17 de Talaia
Todas esas claves han sido desgranadas por Garbiñe Aranburu, además de en la comparecencia de hoy, en el número 17 de Talaia, revista realizada conjuntamente por la estructura de Acción Social de LAB y la fundación para los estudios sindicales Ipar Hegoa. En el contexto de las elecciones europeas, el auge de la extrema derecha es una amenaza evidente, pero va más allá de esos comicios. Así, este último ejemplar se ha centrado en este fenómeno, tal y como ha explicado Martín Arbeo, miembro de Ipar Hegoa.
En cuanto al resto de contenidos, la revista recoge en primer lugar una entrevista a la periodista Alba Sidera, experta en extrema derecha europea, que ha analizado la evolución de los partidos políticos de ultraderecha en Europa, centrada especialmente en el caso italiano. Además, el escritor alemán Raúl Zelik desgrana las tendencias reaccionarias de aquel país. También se aborda el punto de vista ecosocialista, esta vez de la mano de la activista Joana Bregolat, que ha profundizado en el fenómeno del ecofascismo. El filósofo Aldoni Olariaga, en cambio, se ha referido a las tendencias reaccionarias que vemos que se están extendiendo entre ciertos movimientos de izquierda, y Jonathan Martínez ha advertido del peligro de los discursos securitarios. Además de todo ello, se recogen varias recomendaciones y recursos para profundizar en el tema.
Como contenido complementario, Talaia también ha realizado un podcast sobre el mismo tema pero con diferentes personas invitadas y desde otros ángulos, como el de las protestas del sector primario que hemos visto últimamente. Dicho contenido está disponible en la plataforma Ivoox, en Youtube y en Spotify.
La revista escrita puede consultarse o descargarse a continuación: