LAB llama a construir una gran alianza social en Euskal Herria para garantizar aquí unas pensiones dignas.
Se nos quiere hacer creer que la reforma es inevitable y necesaria para poder seguir pagando las pensiones. Justo cuando acabamos de conocer que la banca ha recibido del Estado en “ayudas” directas más de 200.000 millones de euros.
Se ha dicho una y otra vez que esta crisis es una estafa, un gran robo organizado. La cuestión de las pensiones es ante todo una cuestión política y de decisión en torno a las prioridades sociales: o quitamos de las pensiones para dárselos a los bancos o son los derechos de las personas a contar con ingresos para poder vivir con dignidad los que deben de prevalecer.
Resulta evidente en favor de quiénes han optado los defensores de los recortes de pensiones que hacen a las personas más pobres y que engordan el negocio de las pensiones privadas. Tanto el Gobierno de Madrid, como el de Gasteiz y el de Iruñea caminan en la misma dirección:
Desde Madrid imponiendo los recortes y negando a Euskal Herria la capacidad para decidir sobre ellas. Y desde Gasteiz e Iruñea no haciendo nada por defender a las personas pensionistas actuales y futuras. No tienen alternativa que ofrecer, y tampoco ninguna intención de hacerlo tal y como ha quedado de manifiesto en el pacto PNV-PSOE. ¿Cómo es posible que conociendo que las pensiones se van a ver reducidas en miles de millones, con una pérdida de poder adquisitivo permanente no tomen ningún tipo de iniciativa?
Desde LAB hacemos un llamamiento a trabajadores y trabajadoras, mujeres y jóvenes. Madrid nos condena a pensiones cada vez más pobres para las próximas tres décadas. Frente a ello, es preciso una gran alianza social que nos permita garantizar aquí en Euskal Herria unas pensiones dignas, con capacidad de decisión para posibilitar una justa distribución de la riqueza.
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