El Ministerio de Fomento, AENA y el PP de Araba están jugando con la sociedad vasca. Los mismos que han abocado a Foronda a su situación de ostracismo actual, imponiendo unas limitaciones operativas determinantes y castigando a los trabajadores y las trabajadoras del aeropuerto, quieren aparecer como defensores de aquello a lo que han estrangulado.
El diputado general de Araba y el alcalde de Gasteiz justifican el desmantelamiento de Foronda con el ahorro que dicen ha supuesto a las arcas de AENA y que eso mismo ha posibilitado su supervivencia. Mienten. La deuda de AENA, y consecuentemente su magnificado y manipulado gran problema económico, no viene generada por la actividad de los aeropuertos de Grupo lll. Para desmontar esa falacia basta con mirar las cuentas oficiales publicadas por la propia AENA para cada aeropuerto de la red. Las inversiones en los grandes aeropuertos se llevan la inmensa mayoría del montante de la deuda. Solamente el aeropuerto de Madrid-Barajas, como consecuencia del despilfarro en la construcción de la nueva terminal T4, que pasó de los 4.200 millones presupuestados a más 6.200 millones, tiene el honor de soportar aproximadamente la mitad del total de la deuda de AENA. Casi un 50% más de gasto, para que ahora se utilice menos del 60% de su capacidad.
A esto habría que añadir la alocada y nefasta política en nuevas instalaciones en las que se han enterrado millones de euros en infraestructuras con una dudosa utilidad, o en obras que al de pocos años han necesitado nuevas inversiones millonarias para solucionar deficiencias, o para adecuarlas a normas ignoradas premeditadamente cuando se hicieron. Como ejemplo, el aeropuerto de Loiu donde una gestión irresponsable, que generó deficiencias y malos planteamientos en el diseño inicial tanto de la Terminal como del campo de vuelo, está llevando a alcanzar un gasto en obras que pronto duplicará el coste inicial que supuso la construcción de la nueva Terminal de La Paloma: desde el año 2000 se han gastado 100 millones de euros en obras, y aún quedan intervenciones importantes como adecuar la cubierta de la Terminal en la que se reconoce que existen problemas estructurales. Una locura inversora sin medida, donde todo ha valido para llenar los bolsillos de las grandes constructoras, ha terminado ahogando la continua rentabilidad en la explotación de la red: en el mismo año que se aprobó el ERE y el Plan de Eficiencia Aeroportuaria (2012) AENA reconoció un Ebitda -beneficios antes de amortizaciones, intereses e impuestos- de 1.369 millones de euros y para el año 2013, la señora Ministra de Fomento habla de un Ebitda superior a los 1.500 millones de euros. Y en toda esta vorágine, resulta que los 4 millones que dicen que se han ahorrado después de desmantelar Foronda son vitales. Mienten. .
Ahora los mismos responsables políticos tienen el cinismo de decir que quieren impulsar Foronda. Pero se les ve el plumero cuando a sus pretendidas ansias de potenciar las operaciones en el aeropuerto añaden: “bajo demanda”. Eso, sencilla y llanamente quiere decir que pretenden mantener la misma plantilla con más carga de trabajo y funciones, pero obligándola a estar disponible las 24 horas para atender los vuelos que quieran operar durante el día, es decir disponibilidad y flexibilidad absoluta, mientras se han destruido cientos de puestos de trabajo. Querrán imponérselo al personal actual del aeropuerto, y querrán hacernos creer que si no se consigue será responsabilidad de los trabajadores y las trabajadoras. Juegan con el miedo de la plantilla para engañar a la sociedad vasca.
Porque decir que se va a potenciar Foronda “bajo demanda” no es solo añadir un nuevo castigo a los trabajadores de Foronda, sino querer engañar a la sociedad vasca. Esa forma de operar solo añade dificultades (a las ya existentes) para conseguir rutas de pasajeros y encarece las tasas aeroportuarias que pagan la compañías aéreas, puesto que a las operaciones atendidas bajo demanda se las carga más de un 300%. Además, con esta modalidad será prácticamente imposible recibir los desvíos desde el Aeropuerto de Loiu, ya que literalmente no daría tiempo a que el personal necesario para tener operativo Foronda llegara a sus puestos de trabajo ante una solicitud imprevista de cualquier vuelo desviado.
Las trabajadoras y trabajadores, junto con las instituciones y la sociedad vasca, tenemos claro que el primer paso para dar un futuro al aeropuerto de Foronda es abrirlo las 24 horas, pero con la plantilla necesaria y en condiciones de trabajo dignas, que es la única forma de atender todo el operativo garantizando la calidad y la seguridad del servicio prestado. También es necesario, para potenciar el movimiento de mercancías, recuperar el Puesto de Inspección Fronterizo (PIF), obligatorio para el tránsito de animales vivos y productos de origen animal y vegetal, así como garantizar la existencia de un servicio handling a pasajeros permanente, imprescindible para las operaciones de rutas comerciales pasajeros. Esto es, un aeropuerto funcional para el movimiento de carga y pasajeros, y abierto a las necesidades de la sociedad vasca y su tejido económico.
En LAB también somos conscientes de que la garantía del futuro de Foronda solo se dará plenamente dentro de un uso racional y combinado de los aeropuertos de Euskal Herria. Y eso solo se podrá dar dentro una gestión pública vasca que asuma la capacidad de decidir sobre las estratégicas infraestructuras que soportan el transporte aéreo. Punto de partida para romper con las inercias actuales y los despropósitos de los sucesivos gestores de la red de AENA; que no solo han castigado a los trabajadores y trabajadoras de los aeropuertos, sino a toda la sociedad vasca.
Por ultimo exigimos al Gobierno vasco , y al partido que lo sustenta el PNV que se degen del juego de la confusión y marear a la sociedad alavesa y vasca sobre quién hace una apuesta más decidida por el aeropuerto de Foronda, y hagán una defensa efectiva de las resoluciones aprobadas en el parlamento de Gasteiz , en defensa de los aeropuertos vascos , sus infraestructuras y plantillas.