640.000 euros de dinero público para una haurreskola que no cumple con las condiciones de seguridad, salubridad e higiene.
Supondrá a las arcas municipales un gasto de 642.000 euros para la remodelación del local donde se quiere ubicar y además, supondrá otro gasto de 150.000 euros para la mejora de las instalaciones de juego que se encuentra ubicadas próximas a la haurreskola, para poder destinarlas al uso de su alumnado.
La presentación del proyecto se realizó el pasado 23 febrero y estuvo presente el arquitecto encargado de realizar la obra, Javier Cuevas. Para él, la nueva ubicación es “ideal”, ya que se construirá en los actuales aseos en desuso y tomará una parte de la plaza. Además, se reconoce que la haurreskola se ubicará 1,20 metros por debajo del nivel de la plaza, quedando parcialmente soterrada.
Esta nueva infraestructura contará con cocina, comedor, servicios o un espacio de recreo (que podrá ser utilizado por cualquiera fuera de los horarios de la haurreskola).
LAB quiere advertir de la desidoneidad del proyecto presentado por parte del Ayuntamiento de Galdakao al existir, por una parte, un informe del propio consorcio de haurreskolak, que recoge la inadecuada situación de la próxima construcción.
El informe se basa en el decreto 215/2004 sobre requisitos mínimos de escuelas infantiles, del cual es promotor el Departamento de Educación de Uriarte y recoge que las instalaciones de la haurreskola quedan por debajo de rasante en 1,20 m. Lo que en caso de incendio, dificultará la evacuación de las personas usuarias y el personal que trabajará en el centro escolar. También recoge el peligro de existencia de humedades y la falta de iluminación natural de dicha ubicación.
Por otra parte, para LAB, el proyecto incumple la ordenanza municipal de edificación del propio ayuntamiento porque habrá habitaciones de la haurreskola sin luz natural ni posibilidad de renovación de aire. Cosa impensable, por ejemplo, a la hora de permitir trasformar lonjas en viviendas.
Asimismo, pone en riesgo la norma vasca de autoprotección, la cual, en su legislación-normativa sobre prevención y protección ante emergencia incluye el decreto de código técnico de edificación; la ordenanza general de seguridad e higiene en el trabajo que recoge la ordenanza municipal. Todo ello por no entrar en las condiciones de locales destinados a comedores colectivos y cocinas, que deben tener una salida al exterior independiente, entre otros muchos aspectos.
Por ello, LAB concluye que finalmente el resultado será la creación de un edificio enfermo para todas y todos aquellos a quienes se destine su uso. Ello implicará mayor gasto para eliminar estos riesgos laborales.
No cabe más que exigir que se desista de este proyecto y se busque otra alternativa más económica. Seguro que una nueva edificación que cumpla todos los aspectos nos saldría bastante más barato a todas y todos.