Aquí y ahora las cosas se tienen que hacer de otra manera
«Desde LAB hacemos una valoración netamente negativa del año de existencia de Kutxabank.
De la mano de sus actuales rectores está siendo el instrumento para liquidar el carácter social de las cajas de ahorro vascas y su estrategia de privatización y expansión está privando a la sociedad vasca de un instrumento financiero fundamental para abordar una salida eficaz a la crisis.
La estrategia seguida por los actuales rectores destruye el empleo existente, precariza las condiciones de trabajo, malvende activos, y deslocaliza recursos financieros que nuestra economía necesita.
Estas afirmaciones las vemos confirmadas en todos y cada uno de los elementos que seguidamente desarrollamos:
Empleo
En el año de su andadura, en Kutxabank, se han destruido 263 puestos de trabajo fijos y todos los temporales (se supera la cifra de 400 personas), se ha absorbido parte del excedente de plantilla de la expansión, generado por la mala gestión empresarial, con traslados a centros de Hego Euskal Herria, y, como consecuencia de esta migración forzosa, se están cerrando todas las puertas a la creación de empleo en nuestro entorno. A esta política de personal se le dará continuidad, si se confirman los pactos de Kutxabank con CC.OO. y Pixkanaka, con el trasvase de otras 250 personas a oficinas de los 3 territorios históricos.
Si a estos números le añadimos el previsible ajuste por la reorganización del banco y su repercusión en Informática de Euskadi, Ibermática y Cromion dependientes de él, hablaríamos de nuevas personas desempleados, 20% de reducción de personal y unas condiciones de trabajo de libre disposición sin contrapartidas.
Este problema se agigantaría todavía más, si se confirma un fuerte recorte en el presupuesto para la Obra Social. Esta drástica disminución de los recursos, además de incidir en el empleo indirecto que se genera por la obra en colaboración, pone en grave riesgo, por ejemplo 200 empleos de la Obra Social Propia en Bizkaia.
De otra parte según los planteamientos de la dirección de Kutxabank amenazan con destruir cerca de 1.000 empleos en el conjunto de la empresa.
Negociación colectiva
No solo no se ha avanzado en el camino de mantener el marco vasco de negociación colectiva sino que la actual dirección prefiere el marco estatal, y va de la mano de sindicatos que están dispuestos a firmarle cualquier cosa sin respetar a la mayoria en nuestro territorio.
La posibilidad de que trabajadoras y trabajadores se pronuncien sobre el marco de negociación colectiva en el año 2012, ha quedado en el olvido. Ayer y hoy, la dirección de Kutxabank solo tiene una opción, un convenio de empresa estatal de la mano de sindicatos de acompañamiento.
La patronal de Kutxabank plantea a los y las trabajadoras: recorte salarial y merma sustancial de nuestros derechos con un convenio, el primero de Kutxabank, a la baja.
El ahorro vasco gestionado por las Cajas Vascas está siendo utilizado para aventuras expansionistas especulativas que nos privan de fondos fundamentales para financiar el tejido productivo vasco.
Si nos detenemos en los 200 millones destinados a la ampliación de capital realizada en BBK Bank-CajaSur y los 149 millones dedicados a la recompra de preferentes de esta misma entidad, convendríamos que este desvío de recursos tampoco ayuda a la economía de Euskal Herria.
Kutxabank, llamado a ser el pilar de nuestro sistema financiero y los cimientos de nuestra estructura económica y uno de los más importantes instrumentos de política económica para hacer frente a la crisis actual, no ha dado prioridad a las inversiones en el entorno cercano. Se ha recorrido justo el camino contrario: Kutxabank se ha deshecho parcialmente de la propiedad de importantes empresas estratégicas como Euskaltel, CAF o por recorte en la participación de Iberdrola tras cobrar el dividendo.
La obra social está en peligro.
Pero no sólo se está liquidando el papel social en el sentido de gestionar para la sociedaed vasca el ahorro y el crédito, la obra social que las Cajas han realizado hasta ahora, separadas del negocio bancario tienen los días contados.
Los beneficios de Kutxabank no tienen tampoco nada que ver con el músculo financiero, ni con el incremento cinco veces mayor de la Obra Social que se auguraba para defender la bancarización. Kutxabank ha tenido en 2012, según Mario Fernández, unos beneficios de 84,6 millones de euros de los que 27,9 irán a la Obra social (15,9 BBK, 8,93 Kutxa y 3,07 Vital).
Estos recortes de la obra social afectarán a actividades y empresas de las cuales Kutxabank se va a desprender, vendiéndolas a precio de saldo; especialmente preocupante es en este sentido el futuro del Oncológico de Gipuzkoa…
Deshaucios
Kutxabank tiene la cartera de créditos hipotecarios más numerosa y, por tanto, debería ser mucho más sensible a la demanda social en este apartado.
El futuro de la mano de quienes hoy gobiernan Kutxabank no puede ser más negativo para los intereses de la sociedad vasca y de las trabajadoras y trabajadores.
Por último, y para cerrar este balance, la forma de elección de los órganos de gobierno de las cajas, por mor de la Ley de cajas vascas aprobada en junio de 2012, y el cómo se conformó el Consejo de Administración de Kutxabank, no han contribuido en la necesaria democratización de una Entidad dirigida exclusivamente por el tándem PNV-PP.
Anteproyecto de Ley:
La primera cuestión a destacar del Anteproyecto de Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias es que, lisa y llanamente, se propone el sometimiento de Kutxabank al Ministerio de Economía y al Banco de España, que, a su vez, están supervisados por la Comisión Europea, el BCE y el FMI.
Antes de que termine el 2014, las cajas que transfirieron su negocio a un banco, procederán a su transformación en una fundación bancaria, con pérdida de la autorización para actuar como entidad de crédito. Sobrevivirán solamente las cajas de Ontinyent y Pollensa, las que no se mutaron en un Banco-S.A.
Los órganos de gobierno de las fundaciones serán el patronato, el director general y los demás que, en su caso, prevean sus estatutos de acuerdo con la normativa general de éstas.
En el caso de Kutxabank, la fundación inicialmente mantendría una propiedad superior al 50 % en el banco, y para desmotivar a los reacios a la salida a bolsa, se les exigirá un plan de desinversiones y diversificación del riesgo, así como un fondo de reserva. El calendario y los porcentajes del fondo respecto a los activos ponderados por riesgo, los fijará el Banco de España.
En la fundación se aplicarán los criterios de los pronunciamientos del Tribunal Constitucional cuando el ámbito principal de la obra social exceda la comunidad autónoma.
Para que esté todo bien atado: las cajas de ahorros que a la entrada en vigor de la norma posean una participación igual o superior al 50 por ciento en una entidad de crédito o que les permita el control de la misma en los términos del artículo 42 del Código de Comercio y que se transformen en fundación bancaria, no podrán adquirir acciones del capital social de la entidad de crédito controlada de forma que les permita incrementar el porcentaje de participación en el capital que tuvieran al tiempo de entrada en vigor de la ley referida.
Este anteproyecto no impide de ninguna manera que las cajas de ahorros, en último término, tengan que reducir su participación en el banco hasta un nivel no mayoritario.
Lo que sí frena es la salida a bolsa de Kutxabank de manera alocada, pero solamente porque se traduciría en una pérdida de valor y esto no le conviene ahora, visto el caso de Bankia, al sistema financiero español.
Cuando remonte algo la crisis, nos vendrán con los argumentos de la vía italiana para que Kutxabank sea íntegramente de accionistas privados.
Aquí y ahora las cosas las tenemos que hacer de otra manera
Nuestra propuesta se centra en exigir la construcción de un sistema financiero público vasco que posibilite la socialización del crédito y el ahorro de y en Euskal Herria y sea un instrumento para financiar el desarrollo de nuestro tejido productivo y la creación de empleo de calidad.
Por ello hay que impedir la liquidación definitiva de las cajas vascas, impidiendo que queden en manos de un banco cuyo único objetivo es especular y favorecer los intereses de grupos de la oligarquia financiera.
Esta es una responsabilidad que exigimos a los partidos políticos vascos ya que el futuro de las Cajas-Kutxabank no compete sólo a sus órganos de dirección, es también responsabilidad política y colectiva del conjunto de la sociedad vasca.
Estamos a tiempo de evitar la catástrofe y tanto a nivel del parlamento como a nivel social haremos lo que esté en nuestras manos para impedir que las cajas de la CAV terminen de la misma manera que terminó la CAN; disuelta en un banco puro y duro y convertida en un chiringuito para uso del PNV y el PP.»
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