Las trabajadoras y trabajadores de MFS Trapaga Sintering luchan por salvar sus empleos ante el inminente cierre de la empresa. Mañana viernes, primer día de reunión del ERE, realizarán un día de huelga y se movilizarán ante la entrada de la planta a partir de las 9:00.
La plantilla de MFS Trapaga Sintering se enfrenta a una situación extrema. En las próximas semanas, la compañía ejecutará un expediente de regulación de empleo (ERE), para la totalidad de la plantilla: el cese definitivo de la actividad y 107 personas despedidas. Esta situación critica es el resultado de una gestión nefasta por parte de la dirección de la empresa.
Se trata de una empresa con más de 40 años de trayectoria en el sector de la automoción, especializada en la fabricación de componentes para suspensiones y sistemas de seguridad dentro del automóvil. Son piezas necesarias en cualquier vehículo, independientemente de su motorización, por lo que su producción es adaptable al reto de la transición ecológica al que nos enfrentamos.
Con una plantilla altamente cualificada y años de experiencia en el sector, consideran que la actividad productiva sigue siendo viable. Hacen un llamamiento a las instituciones públicas a que garanticen el mantenimiento de los puestos de trabajo y las condiciones laborales de la totalidad de las personas que trabajan en MFS.
La continuidad depende de voluntad política. La representación de la plantilla ha iniciado una interpelación institucional con Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Trapagaran, para exigir su responsabilidad en el mantenimiento de los puestos de trabajo.
Las trabajadoras y trabajadores de MFS Trapaga Sintering no están dispuestos a rendirse sin luchar. El cierre de la fabrica no solo supondría la pérdida de 107 empleos directos, sino también un nuevo golpe para la industria de la Zona Minera y Margen Izquierda, unas comarcas castigadas por políticas de desindustrialización salvaje.