El sindicato ha realizado una acción de protesta ante la sede de SPRI en Bilbo, en solidaridad con Palestina y para denunciar el negocio que está realizando la industria con el genocidio. Del mismo modo, ha mostrado su preocupación ante el argumento de que invertir en armamento, supuestamente, es una fantástica oportunidad de mercado.
Cuando la Unión Europea y las élites económicas y políticas hablan de rearmar Europa, tenemos que tener claro que no se impulsa una política fiscal de redistribución de la riqueza, sino que pretenden seguir militarizando las fronteras y destinar más dinero a sus empresas que conforman la industria armamentística, llevando a cabo un recorte en políticas sociales, un debilitamiento de los servicios públicos y una mayor precarización de las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora mundial.
Anteponer estas políticas de rearme a la cultura de la paz y del diálogo, en nombre de una supuesta defensa y seguridad, deriva en un aumento de las guerras y de los conflictos, como lo que está padeciendo Palestina en su máxima crudeza. Estas políticas colonialistas de expolio, genocidio y destrucción es lo que han llevado al asesinato de más de 50.000 personas en Gaza, al desplazamiento forzoso de 1,9 millones de personas y a la destrucción total del territorio de Gaza.
Por todo ello, desde el sindicato LAB queremos denunciar la complicidad de las políticas vascas y europeas con el genocidio en Gaza y los planes existentes para la expulsión de la población palestina de su legítimo territorio. Urge obligar a Israel a decretar un alto al fuego y para ello hay que romper todos los acuerdos y vínculos existentes con el sionismo genocida. Al mismo tiempo hay que exigir a la comunidad internacional que ponga en marcha los mecanismos necesarios para una resolución integral, que garantice el derecho de autodeterminación de Palestina y el retorno a casa de las personas presas y refugiadas.
Es necesario y urgente un cambio de paradigma integral, y también en la política industrial vasca, que se imponga al belicismo imperante en Europa. Es fundamental rechazar el programa ReArm Europe y, desde Euskal Herria, impulsar culturas de paz y de diálogo como mecanismo de resolución de los conflictos políticos.


