Ayer por la tarde, un trabajador falleció en Aulesti mientras realizaba labores forestales. Ya son al menos 60 las y los trabajadores fallecidos en accidente laboral en 2022, tres de ellos en el sector forestal. En primer lugar, queremos mostrar nuestra solidaridad con familiares, compañeros y compañeras, amistades y personas allegadas del fallecido, y, al mismo tenpo, llamar a participar en la concentración convocada para el viernes, por la mayoría sindical, en Gernika (ante Egurmendi, en la plaza San Kristonal, a las 11:00).
El patrón de accidentes que se está dando este año vuelve a ser absolutamente previsible. Caídas de altura en obra, transportistas muertos por problemas cardiovasculares, trabajadores forestales atrapados bajo árboles, muertes en accidentes in itinere, etc. Patrones que se repiten una vez más, ante los cuales ni la patronal ni el Gobierno Vasco toman medida alguna, aun teniendo toda la responsabilidad.
La tasa de mortalidad del sector forestal supera todas las marcas. Siendo un sector que ocupa a pocas trabajadoras y trabajadores, cada año tenemos muertes en este sector. Así, la de ayer ha sido, al menos, la tercera muerte en el sector forestal ocurrida este año, ya que el 17 de agosto murió un trabajador en Zeanuri y el 14 de junio otro en Idiazabal, ambos atrapados por sendos árboles. En 2021, fallecieron 6 trabajadores del sector en accidentes laborales.
En el caso de Bizkaia y Gipuzkoa, la viabilidad de las empresas forestales es limitada a pesar de contar con normas forales hechas ad hoc para ellas. La explotación maderera intensiva se basa en relaciones laborales precarizadas para poder obtener beneficios. Así, en lugar de poner medios de seguridad laboral, se ahorra en ellos. Plantillas reducidas, trabajo en solitario en el bosque, ausencia de recursos preventivos, falta de formación, herramientas de trabajo inadecuadas, trabajos en zonas de fuerte pendiente, ritmos de trabajo muy altos, jornadas muy largas con el cansancio que esto provoca y un largo etcétera están detrás de los accidentes. Evidentemente, estos son factores añadidos a los riesgos que encierra la propia actividad.
No es la primera vez que requerimos a Osalan y al Gobierno Vasco medidas especiales para el sector forestal. Esta vez volvemos a hacerlo, pero vemos que la respuesta es estéril.
Osalan, la inspección de trabajo y el Gobierno Vasco tienen la llave para empezar a cambiar la situación y exigimos que se pongan en marcha de una vez por todas.
No obstante, todos sabemos, incluidos las y los inspectores, que la mayoría de las empresas que en este mismo momento siguen trabajando en el sector forestal en Euskal Herria no están cumpliendo con sus obligaciones de salud laboral, a pesar de que ayer mismo sufrimos la última víctima mortal. Una lectura tan grave como real.