La incursión militar de Rusia en Ucrania es una mala noticia que, desgraciadamente, ha hecho realidad los peores augurios. Una situación que es consecuencia, entre otras cosas, debido a la escalada bélica de la últimas semanas y el constante incumplimiento de los acuerdos internacionales.
La intervención militar de Rusia en Ucrania evidencia que el mundo camina hacia un nuevo orden mundial y las consecuencias de esta situación son, a día de hoy, inciertas.
El sindicato LAB, como lo hizo el pueblo vasco en el referéndum contra la OTAN, ha dicho no a la guerra, y por ello, hacemos un llamamiento a Rusia a que cese las hostilidades y las acciones militares. Pedimos a todas las partes implicadas en el conflicto que agoten todas las vías diplomáticas posibles para llegar a nuevos acuerdos internacionales que sean satisfactorios para todas las partes, que estos acuerdos se cumplan y que se cierren las puertas a una guerra que nadie desea y que sería catastrófica, ya que supondría un empeoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora y las clases populares.