Desde el sindicato LAB hemos dado a conocer hoy el caso de dos trabajadoras navarras del sector de Limpiezas, empleadas de las empresas Lacera y Zaintzen y con manifiestos problemas de movilidad -una necesita la ayuda de un andador, y la otra de una silla de ruedas-, a las que la Seguridad Social y los servicios de vigilancia de la salud empresariales han obligado volver a trabajar mediante denegaciones de incapacidad permanente y anulación de bajas. En LAB consideramos que estas instituciones han dado un trato inhumano y degradante a las trabajadoras y que han atentado directamente contra el derecho a la salud e integridad física de las personas.
En opinión de LAB, expresada a través de su portavoz Imanol Karrera, las personas responsables del Instituto Nacional de la Seguridad Social y los servicios de vigilancia de la salud de la empresas no debían de estar en su sano juicio cuando tomaron la decisión de obligar a ambas limpiadoras a que trabajen con la ayuda de un andador y una silla de ruedas. Karrera ha responsabilizado de este proceder “inhumano, indecente y propio de siglos pasados” al discurso “manipulado” de los empresarios navarros de la CEN sobre el absentismo laboral, que tiene como objetivo “retroceder en los derechos relativos a la salud laboral”.
Frente a ese discurso “reaccionario”, Karrera ha asegurado que LAB a través de su acción sindical y jurídica defenderá siempre la ampliación de derechos en materia de salud laboral y condiciones de vida de la clase trabajadora navarra. Además de Karrera, en la rueda de prensa de hoy han acompañado a las dos trabajadoras la responsable del sector de Limpiezas de LAB, Yolanda Forcelledo, y un asesor del sindicato.
Desde el sindicato LAB advertimos que la Seguridad Social viene degradando la calidad de vida de trabajadores y trabajadoras hasta hacerles trabajar en estados deporables, como es el caso de estas dos limpiadoras. “Guiada por motivos meramente económicos, la inspección médica de la Seguridad Social tiene orden de no facilitar incapacidades, por lo que año tras año está empeorando la vida de la clase trabajadora”, ha añadido Karrera.
Andador y silla de ruedas
En el caso de la trabajadora de 56 años de la empresa Lacera el informe médico de Osasunbidea del 17 de septiembre de 2024 reconoce a la “paciente con importante limitación para la movilización y actividades de la vida diaria por patología osteoarticular” y advierte que “precisa de andador para la deambulación”. Esta trabajadora cuenta con una discapacidad reconocida del 56%. Sin embargo, en contra de la evidencia médica de Osasunbidea, una vez agotado el periodo de incapacidad temporal, la inspección médica de la Seguridad Social no le otorgó la perceptiva incapacidad por criterios meramente economicistas y, acto seguido, el servicio de vigilancia de la salud Quirón Prevención, mediante un informe del 19 de agosto de 2024, obligó a la trabajadora de limpiezas a reincorporarse a su puesto declarándola “apta con limitaciones”.
Ello a pesar de reconocer, en un claro ejercicio de cinismo, que la operaria debe “evitar manipulación de cargas (levantamiento, tracción y empuje) > 5 kgs; no puede realizar encorvamientos (columna lumbar) de forma continuada; no debe realizar tareas que conlleven movimientos repetitivos de elevación de ambos miembros superiores por encima del hombro; no permanecer en bipedestación estática de forma continuada, alternar con bipedestación dinámica; no puede permanecer en sedestación prolongada, alternar con bipedestación estática/dinámica”. Todas ellas limitaciones que objetivamente impiden el desarrollo de sus funciones como operaria de limpieza, pero que precisando de andador, se encuentra prestando trabajo limpiando en el colegio Patxi Larrainzar de la Rotxapea (Iruñea).
En el caso de la otra trabajadora de la empresa Zaintzen, también de 56 años y que cuenta con una discapacidad reconocida del 49%, un informe médico de Osasunbidea del 25 de agosto de 2022 recoge que “los diagnósticos siendo la mayoría de ellos de carácter crónico e incluso estando otros pendientes de seguimiento por distinta especialidad (Medicina Interna) suponen una limitación muy importante para la mayoría de actividades cotidianas. Entre ellas destaca una alteración de la marcha que le obliga al empleo de andador y que le limita para estar en posturas fijas sin apoyo/ayuda. Del mismo modo dichas patologías suponen también una convivencia con dolor de manera constante y una repercusión fundamental también a nivel emocional”. Otro informe médico de Osasunbidea del 7 de noviembre de 2022 deja constancia de que “desde hace aproximadamente dos meses la paciente precisa, en relación a sus síntomas de base, de apoyo en silla de ruedas para desplazamientos superiores a 10-15 minutos caminando”.
En este segundo caso, la trabajadora todavía está pendiente de recibir el informe del servicio de vigilancia de la salud empresarial. Sin embargo, en ausencia del mismo, el día 2 de octubre (mañana) deberá acudir al trabajo en el colegio Mendigoiti de Mendillorri (Iruñea). Acudirá con la ayuda de su silla de ruedas, claro.