Llevamos 233 días. 233 días de movilizaciones, de estar en las porterías. 233 días de llevar nuestras reivindicaciones a todos los sitios de Euskal Herria, en definitiva 233 días de lucha. Una lucha en la que la plantilla y el comité ha estado unido, una lucha en la que nos ha acompañado la comarca de Aiaraldea, una lucha que hemos compartido con organizaciones juveniles, pensionistas, feministas. Hemos dicho NO a una propuesta que nos hace sentir orgullosos y orgullosas, pero también defraudadados y defraudadas.
Tras 7 meses de lucha hoy, podemos decir con orgullo que luchar merece la pena. En Tubacex no sobra nadie, este ha sido nuestro lema durante estos largos meses y ese lema se ha convertido en una realidad, puesto que en la última propuesta no se contemplan despidos.
Sin embargo, a pesar de este logro tan importante, la afiliación de LAB ha decidido no firmar el acuerdo. El motivo es que nos piden pagar un peaje que para nosotros y nosotras es inasumible y contraviene el sentido común:
– En el acuerdo se plantea una congelación salarial para prácticamente 4 años sin garantías de que recuperemos en 2025 el poder adquisitivo perdido.
– Se plantea una garantía de empleo que habla de volumen de plantilla, pero no de personas.
– Y lo más inaceptable de todo es que se plantea un aumento de jornada de 40 horas durante 3 años. Esto, además de empeorar las condiciones de trabajo de la plantilla, supone que durante estos 3 años dejen de crearse más de 50 puestos de trabajo. Puestos de trabajo que son de Aiaraldea, del eskualde y este es uno de los principales motivos por el que LAB no puede avalar el acuerdo. Es totalmente vergonzoso que el Departamento de Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco plantee aumentar la jornada en una empresa que ha querido despedir a trabajadores y trabajadoras y que en el último año ha aplicado dos ERTEs, argumentado falta de trabajo para todos sus trabajadores y trabajadoras.
Para acabar, queremos reafirmarnos en nuestra idea inicial: luchar mere la pena. La organización, la alianza de la clase trabajadora y la lucha son el camino para defender los puestos de trabajo, unas condiciones de trabajo dignas, y, en definitiva, una vida digna.