El 7 de diciembre, un trabajador de la empresa Indusal ha fallecido en la refinería de Petronor en Muskiz. Cuando iba a incorporarse a su puesto de trabajo ha sufrido un infarto y ha muerto. Con este último, son al menos 65 las y los trabajadores muertos en Euskal Herria en el trabajo desde principio de año. Además, Joaquín Beltrán pemanece desaparecido desde hace 10 meses el vertedero de Zaldibar.
En primer lugar y desde el sindicato LAB, queremos hacer llegar nuestra solidaridad y apoyo a familiares y compañeros y compañeras de trabajo del fallecido. Los accidentes no traumáticos, son accidentes de trabajo. No se dan por casualidad en horario de trabajo, por mala suerte o fatalidad como dicen los empresarios. Está demostrado que las malas condiciones de trabajo, las presiones y el estrés son algunos de los factores más importantes en los accidentes cardiovasculares.
Además, los accidentes no traumáticos, los infartos y los ictus se han convertido en la principal causa de accidentes laborales mortales. El 25% de las y los trabajadores fa- llecidos en 2020 ha muerto en accidentes no traumáticos.
Detrás de los accidentes de trabajo se encuentran las condiciones de trabajo y las características de éste. La subcontratación, los elevados ritmos de trabajo, las presiones o el autoritarismo que provocan estrés, y derivado del mismo, numerosas patologías que tienen que sufrir las trabajadoras y trabajadores, y en ocasiones les causa la muerte.
Tenemos claro que los accidentes laborales, traumáticos, no traumáticos o in itinere no son fruto de la muerte suerte o la casualidad, sino resultado de las relaciones labo- rales, la precariedad, la regulación laboral y la subcontratación.
En LAB lo tenemos claro, necesitamos vidas y empleos dignos. Tenemos derecho a volver de nuestros trabajos sanas y con vida. Éste o cualquier otro accidente laboral no son hechos aislados, son el reflejo de un modelo productivo en el que prima más la economía que la salud y la vida de la clase trabajadora.
Tenemos claro que la movilización y la lucha son las únicas armas que tenemos para acabar con esta lacra, individual, familiar y social que son los accidentes de trabajo.
Necesitamos un cambio de rumbo, un cambio de modelo, en donde la salud y la vida de la clase trabajadora sea el elemento principal. Por ello, desde el sindicato LAB lla- mamos a las trabajadoras y trabajadores a la lucha por unas condiciones de trabajo dignas.