Merece la pena. Luchar contra las injusticias merece la pena. Siempre. Y así lo ha demostrado otra vez el sindicato LAB en el conflicto del restaurante La Sangiovesa de Iruñea. Al final la empresa ha tenido que rectificar y ha tenido que aceptar todas las exigencias de los trabajadores y trabajadoras. Además de mejorar las condiciones de trabajo, la empresa tendrá que readmitir al trabajador que ha querido volver y tendrá que pagar lo que les corresponde a los otros dos.
Poco antes de comenzar los sanfermines de este año, los dueños del restaurante La Sangiovesa de Iruñea pusieron cuatro despidos encima de la mesa, concretamente cuatro despidos de trabajadores que habían apoyado la candidatura de LAB. En un primer momento se logró frenar uno de los despidos; pero no los de los otros tres, y por ello se realizaron varias protestas durante varios días de sanfermines. Por su parte, en respuesta a las protestas, la empresa puso denuncias contra el sindicato y una de las trabajoras despedidas. LAB, por supuesto, se reafirmó en su decisión de seguir peleando en la calle y en los juzgados y anunció que se activarían nuevas dinámicas de protesta. Parece ser que aquel anuncio fue suficiente para que La Sangiovesa rectificara.
Cabe recordar que antes de que estallase el conflicto de La Sangiovesa en el restaurante se vivía una situación muy precaria: no pagaban todas las horas trabajadas; más aún, alguna vez habían pagado con una pizza descargar un camión; no concedían todos los días de vacaciones que correspondían según convenio; y los calendarios mensuales los renovaban de una semana para otra.
Para hacer frente a aquella penosa situación de precariedad el sindicato LAB decidió organizar su acción sindical dentro de La Sangiovesa. Pero la empresa reaccionó poniendo en la calle a algunos de los trabajadores que apoyaron a LAB. Afortunadamente, la lucha posterior ha dado grandes frutos. Se ha conseguido que paguen todas las horas trabajadas, que concedan todos los días de vacaciones, y que entreguen los calendarios mensualmente. Y lo más importante, se ha conseguido que la empresa reconozca que los despidos eran injustos y, por lo tanto, que readmita al trabajador que ha querido volver y que pague lo que les corresponde a los otros dos.