El diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, envió el pasado 27 de marzo una carta a las y los trabajadores de las residencias de mayores del herrialde. Las delegadas de LAB le han respondido mediante otra misiva.
Esta es la carta:
Querido Unai Rementeria:
Una compañera o compañero es aquella persona que comparte contigo parte de tu realidad, con la que coincides y convives, y perdona, Unai Rementeria, pero eso no se cumple entre nosotras así que no, no puedes llamarme compañera.
No te veo cuando al entrar por la mañana me colocan un termómetro para medir mi temperatura y me niegan el uso de mascarillas por motivos tan variados como estos: por no generar temor entre las y los residentes, o porque la directriz es que no son necesarias ni útiles y en otras ocasiones, porque no hay para todas.
No te veo tampoco cuando el criterio cambia y se empiezan a repartir unas mascarillas endebles que debemos usar hasta que se rompen.
Tampoco te veo intentando asegurar que los EPIs lleguen a los centros de trabajo como las residencias, donde residen las personas más vulnerables, no te veo buscando y poniendo remedio a situaciones realmente urgentes.
No te he visto tampoco en los comités de seguridad y salud, donde no hemos dejado de pelear exigiendo medidas adecuadas para evitar la propagación, peleando por lograr información para todas, preocupándonos por el personal especialmente sensible, por tener a más personal de limpieza, por procurar unos protocolos para casos de contagio, exigiendo EPIs adecuados…
No te veo cuando entro a trabajar por la mañana después de un escaso descanso que no me deja recuperarme.
No te veo cuando levanto a los y las residentes, cuando les doy de desayunar, cuando les aseo. No te veo cuando a la pena de no ver a sus familiares se le une que no tenemos tiempo ni personal para poder alegrarles esta situación que vivimos porque nuestro trabajo se triplica. Todo lo que hacemos lo hacemos, eso sí, desde nuestra profesionalidad y nuestro cariño pero sin medios humanos suficientes y con una carga de trabajo que me rompe los huesos.
No te veo cuando al llegar a casa, pongo las noticias y comienzo a escuchar el nivel de mortalidad y contagio de las residencias, cuando se mueve a residentes de una residencia a otra sin que nos den ninguna información, cuando se intervienen las residencias para dar cabida a enfermos y enfermas de coronavirus, a pesar de que son los lugares donde viven las personas más vulnerables, pero no se intervienen los hospitales privados….
No te veo como actuando como responsable de la titularidad de los centros residenciales para que esto acabe pronto y de la mejor manera.
Por eso, como trabajadora del sector de residencias de la tercera edad y delegada de LAB, seguiré, como lo venimos haciendo desde hace años, exigiendo un sistema de cuidados, público, universal y gratuito, peleando para que todas mis compañeras y residentes se encuentren de la mejor manera posible.