El gobierno foral de UPN ha decidido seguir adelante con la farsa y enviar al Parlamento de Nafarroa sus propuestas de reforma fiscal: un conjunto de medidas dirigidas a reducir la carga fiscal a las rentas más elevadas, a los rendimientos del capital, a los grandes patrimonios y a los beneficios empresariales.
El gobierno de Yolanda Barcina demuestra así que no tiene voluntad alguna de cambiar el rumbo de su modelo tributario. Al contrario, promueve medidas que contribuyen a un reparto todavía más injusto de los esfuerzos fiscales, agravando la orientación regresiva de su política fiscal.
En este sentido, cabe subrayar que actualmente las rentas del trabajo pagan el triple de impuestos directos que las rentas del capital y las empresas con beneficios; y ello a pesar de que las remuneraciones salariales representan el 42% del PIB, frente al 48,8% que acaparan los excedentes empresariales.
Además, el impacto de la propuesta de reforma aprobada ayer por el gobierno, en caso de ser refrendada por el Parlamento, se traduciría en una merma de la recaudación cercana a los 71 millones de euros. Es decir, 71 millones menos para servicios básicos como educación y sanidad, para políticas de reactivación económica y creación de empleo, para paliar las situaciones de pobreza y desigualdad social,… Por tanto, resultará difícil convencer a la ciudadanía navarra que estas circunstancias repercutirían positivamente sobre la situación que padecen o resolverían las causas que ocasionaron la crisis.
No obstante, todo parece indicar que el proyecto de reforma se estrellará contra el rechazo de la mayoría de los grupos de oposición. Mientras tanto, esperamos que nadie se deje seducir por el engañabobos de la “rebaja fiscal”, una comedia con tintes electoralistas condenada al fracaso y que no beneficia en nada a la mayoría social de Nafarroa.
Iruñea, 28 de agosto de 2014