Hoy hemos conocido que A.D.O., el transportista de 48 años de Andoain que sufrió un accidente no traumático mientras cargaba la semana pasada en el Puerto de Pasaia, finalmente ha fallecido.
La muerte no traumática de un transportista no es de extrañar. Este tipo de accidente es más frecuente en el sector por las condiciones de vida que se sufren en el trasporte. De una manera u otra, las cada vez más duras condiciones del sector se han convertido en un riesgo laboral y su impacto tiene reflejo en los datos. En 2024 murieron 14 transportistas en accidente laboral, en 2023 fueron 10.
Las condiciones laborales en el sector del transporte son muy precarias: largas jornadas de trabajo, estrés, presiones, bajo precio que se paga por el transporte, dificultades para tener un estilo de vida y una alimentación sanas, etcétera. Pero tenemos claro que la mayoría de los accidentes laborales que se producen en el sector del transporte son perfectamente evitables, y que para ello sólo hace falta voluntad política, así como la implicación de todas las instituciones públicas y empresas para adoptar medidas que garanticen y respeten los derechos laborales de las y los transportistas.
Hay que acabar con la precariedad. Hay que acabar con la impunidad de la patronal. Las instituciones no pueden seguir mirando hacia otro lado, de lo contrario serán cómplices de lo que pasa y de lo que va a pasar. El hecho de que tanto en Gipuzkoa como en Navarra el convenio sectorial no haya sido renovado desde 2008 es una muestra de esa precariedad, estas condiciones precarias afectan directamente a la salud laboral.
De este modo, los sindicatos que formamos la intersindical de salud laboral LAB, ESK, STEILAS, EHNE Etxalde e HIRU quisieramos hacer un llamamiento a la concentración que llevaremos a cabo el próximo 14 de febrero a las 11:30 en la entrada del puerto de Pasaia.
¡No más accidentes laborales, ni en el sector del transporte ni en ningún otro!