La Encuesta de Población Activa muestra un descenso del paro tanto en términos interanuales como con el trimestre anterior. Actualmente sitúa la tasa de paro en el 7,13% en la Comunidad Autónoma del País Vasco y en el 8,79% en la Comunidad Foral de Navarra. En cualquier caso, casi la mitad de los y las trabajadoras en paro de Hego Euskal Herria (46,8%) estaría en paro de larga duración. En el caso de las mujeres este dato se eleva al 52,5%. Dicho porcentaje se ha incrementado en 12 puntos en el último año.
Sin embargo, estos datos sobre el empleo no dan cuenta de la realidad que se está produciendo en el ámbito del empleo, ya que tenemos que analizar qué tipo de empleo se genera.
Empleo precario
Cabe recordar que uno de cada dos trabajadores y trabajadoras vive en una situación precaria, con salarios inferiores a 1400 euros, en paro o sin empleo. Teniendo en cuenta que el empleo que se genera durante el verano está muy ligado a la estacionalidad, es imprescindible centrarse en la calidad del empleo. El empleo ya no es una garantía de superación de la pobreza, y para ello sería imprescindible establecer en Hego Euskal Herria un Salario Mínimo Interprofesional que responda a la realidad propia, un salario mínimo de 1400 euros.
La precariedad tiene rostro de mujer joven y migrada
La precariedad no nos afecta a todas las personas de la misma manera. Las mujeres somos las que tenemos los salarios más bajos, la brecha salarial por sexo es del 23,60%, a lo que habría que añadir que el 26% de las mujeres trabajan en jornadas parciales, porcentaje que en el caso de los hombres es del 7%. La edad y el origen y/o la racialización son otros factores determinantes que conforman el rostro de la precariedad. El paro afecta al 24% de los y las trabajadoras migradas procedentes de fuera de la Unión Europea, mientras que la media se sitúa por debajo del 8%. La precariedad no es neutra.
La clase trabajadora ve la realidad, es pionera en las luchas
Aunque los principales titulares de hoy insistirán en el descenso del paro, la clase trabajadora no ve que la situación de su entorno mejore. La pérdida de poder adquisitivo, el desmantelamiento de los servicios públicos, las dificultades para conciliar la vida y el empleo… son el día a día de la clase trabajadora. No es casualidad que en este curso se haya activado el mayor número de conflictos laborales de los últimos largos años, síntoma de que el malestar entre la clase trabajadora va en aumento.
Necesitamos un empleo de calidad, un empleo que permita desarrollar vidas vivibles, y LAB seguirá trabajando por ello. Aunque la bajada de las tasas de paro es una noticia positiva, tenemos que luchar por un empleo de calidad que mejore las condiciones de trabajo y de vida de una clase trabajadora cada vez más precarizada. Desarrollando una acción sindical acorde a la realidad del país, poniendo el acento en los ámbitos de negociación propia de Euskal Herria y extendiendo un sindicalismo feminista y antirracista a todos los ámbitos.