La empresa Cables y Alambres se encuentra en una situación crítica y los y las trabajadoras de la empresa están en lucha para pedir implicación de todas las partes para conseguir una apuesta real por el proyecto industrial, el mantenimiento del empleo de sus más de 150 trabajadores y trabajadoras y unas condiciones dignas de seguridad en el trabajo.
CABLES Y ALAMBRES fue adquirida por el Grupo Vicinay en marzo de 2015. Con la compra prometieron a trabajadoras y trabajadores una inversión de 10 millones de euros, 40 nuevas contrataciones y un aumento del 70% en la producción en los 5 años siguientes a la compra.
La operación de adquisición se realizó a través de un acuerdo logrado por parte del Grupo Vicinay con la Diputación Foral de Bizkaia, el Gobierno Vasco y los accionistas de la empresa.
Tres años después, la realidad es bien distinta; con deterioro extremo de máquinas e instalaciones, retrasos continuados en el cobro de las nóminas, precarización de las condiciones laborales, imposición de ritmos de trabajo inasumibles y realización de horas extra para alcanzar las toneladas necesarias. Además, el avance del PGOU de Erandio dibuja un frente de la ría sin la presencia de la fábrica, proponiendo en su lugar una zona residencial.
Esto pone en riesgo el proyecto industrial y el empleo de más de 150 trabajadores y trabajadoras. El cierre de la fábrica supondría una gran pérdida para la industria en el municipio.
En esta situación las y los trabajadores ven absolutamente necesario lograr acuerdos y compromisos firmes, con todas las partes implicadas, para conseguir una apuesta real por el proyecto industrial, el mantenimiento del empleo de sus mas de 150 trabajadores y unas condiciones dignas de seguridad en el trabajo.
Para ello han comenzado una lucha en defensa del proyecto industrial, el empleo y unas condiciones dignas de seguridad y salud en el trabajo. El lunes 2 de julio se concentraron ante la empresa y hoy, 5 de julio, han hecho lo propio en el mismo lugar.