La plantilla de CEAR Araba ha realizado un paro y una concentración en Gasteiz, ante su centro de trabajo, como consecuencia de las reiteradas negativas de la entidad a dialogar la aplicación del III Convenio Provincial de Intervención Social de Araba aprobado el pasado mes de mayo del 2023.
Mientras durante meses se han negado a sentarse a negociar la mejora de las condiciones laborales de la plantilla, la entidad comunicó la decisión unilateral de realizar una subida salarial dirigida principalmente a los puestos con responsabilidad de hasta un 23% y con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2023. Esta medida ha sido argumentada, entre otras cosas, en base a la necesidad de retener el talento y adecuar los salarios de los puestos de responsabilidad a la del resto de las organizaciones del tercer sector, extrayendo de esta reflexión que dicho talento se encuentra solo en los puestos de responsabilidad.
Esta subida unilateral de los salarios se concentra en las categorías más altas, agudizando la brecha salarial dentro de la organización, mientras que las categorías inferiores se encuentran en una situación de precariedad económica. Consideramos que todo ello atenta contra los principios de igualdad, equidad y justicia social que promueve la entidad.
Las trabajadoras y trabajadores de CEAR en Araba se encuentran en una situación de discriminación en comparación al resto de entidades de intervención social, a las que sí se les aplica dicho convenio provincial. Lo que supone unas peores condiciones de trabajo en general y especialmente en el ámbito económico, con diferencias salariales de hasta 5.000 € anuales.
Esto, sumado a las negativas recibidas continuamente en relación al refuerzo de los equipos de trabajo, a la cobertura de las vacaciones etc. en base a un argumento económico, ha llevado a tensionar a la plantilla, con todos los equipos y servicios sobrecargados, derivando en un empeoramiento en la calidad del servicio que se presta a los y las usuarias de CEAR afectados directamente por el decrecimiento de la calidad de la intervención que reciben, sin olvidarnos que las personas a las que se atienden desde CEAR son personas que ya vienen de una situación de vulnerabilidad que se agrava por las condiciones de trabajo que tienen las trabajadoras de la organización.
Por todo ello, las trabajadoras y trabajadores de los centros de trabajo de Gasteiz y Nanclares han salido a la calle, al igual que el resto de delegaciones del Estado, para reclamar una mejora de las condiciones laborales: en nuestro caso, la aplicación del Convenio Provincial de Intervención Social.