Con motivo de la polémica suscitada en torno al decreto sobre “rentas irregulares” el PNV decidió paralizar su tramitación, pero ello no significa que haya desistido de conceder nuevos privilegios fiscales a las élites económicas y financieras.
La hacienda vizcaína, ahora con el acuerdo de PNV y PSE, ha presentado un proyecto de norma foral para que los rendimientos obtenidos por la gestión de fondos de inversión de carácter especulativo sólo tributen por la mitad de su importe. La otra mitad estaría exenta de pagar impuestos, y además se elimina el tope máximo de 300.000 euros de exención establecido en la tributación de las “rentas irregulares”.
El ejecutivo foral trata de justificar la medida alegando el deseo de convertir a Bizkaia en un territorio fiscalmente más competitivo y así fomentar la atracción de talento. Este mantra, utilizado continuamente por los partidos que componen la Diputación Foral de Bizkaia (PNV-PSE) no es más que un parapeto discursivo para seguir beneficiando a los de siempre.
Además, cabe añadir que la expansión de este tipo de fondos está directamente relacionada con el efecto contagio de las crisis financieras, como la que estalló en 2008 y cuyas consecuencias todavía estamos pagando. No solo eso, ya que como hemos visto en diferentes procesos empresariales (Euskaltel el más reciente), los fondos de inversión especulativos tienen como único objetivo sacar el máximo beneficio económico independientemente de las consecuencias que tiene eso en el territorio en cuestión.
Según la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales, recientemente publicada por el Gobierno Vasco, durante la última década las desigualdades económicas han crecido en nuestra sociedad. En el año 2008 el 10% de la población con mayores ingresos obtenía de media una renta 5,2 veces superior a la del 10% de la población con los ingresos más bajos; mientras que hoy es 6,1 veces más elevada.
Dicha encuesta hace referencia a la renta neta disponible, es decir, después de pagar impuestos y recibir prestaciones sociales. Por tanto, queda en evidencia el débil impacto redistributivo de las políticas públicas y su incapacidad para corregir las desigualdades que genera el mercado. Políticas fiscales, como la Norma Foral que se plantea, profundizan en esa tendencia y agravan la ya precaria situación que viven miles de trabajadoras en Bizkaia.
La norma fiscal que ahora pretende aprobar la hacienda vizcaína es un ejemplo más de la política fiscal para ricos que promueve el PNV, una política regresiva que sólo contribuye a intensificar la concentración de riqueza. Por esa razón, emplazamos a los responsables de la Diputación a que abandonen cualquier tentación de aprobar medidas fiscales injustas que sólo benefician a unos pocos privilegiados.