La suspensión de los contratos fijos discontinuos es una tendencia en esta época del año que afecta especialmente a los sectores feminizados. Es prioritario establecer un salario mínimo de 1.400 euros para que sea posible el reparto del empleo, los cuidados y la riqueza.
En Hego Euskal Herria hay 134.644 personas en paro, 8.347 menos que hace un año. El 58,92% de las personas paradas son mujeres, cifra que aumenta ligeramente a medida que avanza la edad (el 59,74% de las personas paradas mayores de 25 años son mujeres).
Si atendemos a la evolución de la contratación, sin embargo, a pesar de que se han firmado 11.692 contratos más que el mes anterior (65,43% temporales), se han firmado 10.857 contratos menos que el año anterior.
A la hora de analizar los datos de afiliación, descienden la contratación de mujeres y los fijos discontinuos (1,25% entre las mujeres y 0,29% entre los hombres). Cruzando ambos datos, podemos concluir que la inestabilidad golpea especialmente a las mujeres y que la contratación de fijos discontinuos no genera ni refuerza empleo de calidad. Esta figura de contratación fomenta la precariedad intermitente. En este sentido, en esta época del año se está repitiendo la suspensión de los contratos fijos discontinuos (3,3% del total, 0,7 puntos menos que el mes pasado), condenando a determinados colectivos a pasar las vacaciones de verano en situación de desempleo, como es el caso de las y los educadores de comedores o limpiadoras de los centros escolares.
Otro indicador que aumenta la brecha en función del género son las jornadas parciales. Según los datos de junio, el 25,8% de las mujeres tienen jornadas parciales, frente al 11% de los hombres.
En este contexto inestable, en el que cada vez hay más trabajadoras y trabajadores en situación de vulnerabilidad, el sindicato LAB reivindica la necesidad de crear y reforzar empleo de calidad para toda la clase trabajadora. Asimismo, es prioritario establecer un salario mínimo de 1.400 euros para que sea posible el reparto equitativo del empleo, los trabajos de cuidados y la riqueza. A pesar de que el descenso del paro es una buena noticia, nos preocupa mucho la situación de precariedad e inestabilidad que se ha instalado en el mercado laboral. Por último, queremos subrrayar que la calidad del empleo de hoy no sólo no es suficiente para afrontar la vida cotidiana, sino que compromete la posibilidad de garantizar una vida digna en el futuro.