Hoy se ha celebrado otra mesa sectorial después de una semana, lo cual no significa que la dirección haya desistido de su actitud de bloqueo ante cualquier negociación colectiva, sino que se ha visto obligada como consecuencia de sus propias necesidades y con intención de volver a parchear una situación caótica tras años ignorando sus obligaciones.
A las puertas del verano, solo el 40% de los centros de Atención Primaria funcionarán con normalidad: los Puntos de Atención Continuada tienen un déficit de personal que equivale a más de 1000 turnos por cubrir en verano, y en emergencias la situación es caótica por la misma razón. Asimismo, y ante tal bajada en los servicios prestados a la ciudadanía, tampoco se han planteado refuerzos en las urgencias hospitalarias para asumir las consecuencias de dicho deterioro asistencial. Las compañeras de las urgencias de Txagorritxu han dejado claro este fin de semana, una vez más, lo que está sucediendo también en los servicios de urgencias y la dejación de los gestores actuales.
Ante el gran descubierto que se va a producir, la dirección vuelve a plantear medidas cortoplacistas, las mismas que están haciendo que año tras año el deterioro sea mayor. La autoconcertación, las horas extras y las derivaciones/privatizaciones son las únicas medidas que plantea la dirección, obviando un año más los graves problemas estructurales.
Desde LAB incidimos en cuatro cuestiones ante la “negociación” que plantea la dirección, que se centra en la autoconcertación (horas extras). Se trata de una medida que es fruto de la falta de planificación y voluntad de solución:
- La situación que se vive en verano y navidades y ya también en semana santa, no es coyuntural, se repite año tras año y precisamente, darle esa entidad de “coyunturalidad” es la que está provocando que no se tomen medidas profundas para revertir la situación. La dirección habla de coyunturalidad para esconder su responsabilidad e intenta instalar una situación de hechos consumados a la ciudadanía que normalice la hoja de ruta marcada por el “cambio cultural” planteado por la Consejería de Salud.
- Estas medidas dinamitan por completo cualquier atisbo de conciliación personal y laboral. Aumenta la carga de trabajo, disminuye los descansos y aumenta las situaciones de estrés porque además lo hace en un escenario de cierres y recortes de gran parte de servicios esenciales, por lo que es previsible que las cuestiones a tratar sean de mayor complejidad. Debemos recordar la situación psicosocial de gran parte de una plantilla exhausta que presenta cuadros de agotamiento extremo y burn-out. Además, la autoconcertación aumenta la brecha salarial.
- La falta de planificación sostenida durante años y décadas está llevando a Osakidetza auna situación gravísima. En este escenario, buscan introducir la colaboración público-privada en la ecuación. LAB no va a tolerar ni por un momento que una dirección que lleva años bloqueando cualquier tipo de negociación profunda, como la renovación del convenio que viene de 2008, ahora hable de situación crítica como si fuese una situación inesperada. Esto era previsible una vez más, y tal y como manifestó en la última mesa sectorial, ante la falta de propuestas durante años, la única duda que albergan en LAB es si se ha llegado a este punto por la ineptitud de la dirección o porque era un escenario buscado.
- Por si ello fuera poco, la propuesta es del todo discriminatoria y rechazable, puesto que solo contempla las categorías de enfermería y medicina. Es evidente que la dirección busca el paraguas de los sindicatos corporativos para sacar adelante estas medidas inaceptables.
Centrar la negociación tal y como se está produciendo, ante una emergencia asistencial de primer orden y previsible en el precio de las horas extras, es inadmisible. Las personas que trabajan en Osakidetza tienen derecho a vacaciones, claro que sí, y también tienen derecho a conciliar su vida personal y laboral y, por lo tanto, a que se dimensione la plantilla teniendo esos derechos en cuenta. No se puede dejar la atención sanitaria a la ciudadanía en manos de la disposición a hacer horas extras de los y las profesionales. Es un ataque a los derechos de conciliación descargar todo el déficit estructural sobre las espaldas de los y las trabajadoras.
La negociación de la autoconcertación tal y como se está planteando es una negociación de puro mercadeo en el que LAB no va a entrar jamás. Se debe marcar una estrategia para ampliar la plantilla, no solo estabilizarla, y se deben mejorar las condiciones de trabajo para lograrlo. Mientras no se hagan todos los esfuerzos encaminados a dimensionar correctamente la plantilla, la negociación de la auto concertación lleva a una espiral que impide buscar soluciones a medio y largo plazo y a convertir los problemas estructurales en un problema meramente económico. La solución no es tan sencilla y estas medidas lo único que hacen es retrasar la verdadera solución.
Por otro lado, las elecciones sindicales siguen adelante en sus preparativos, se celebrarán a final de año y por fin, tras años de bloqueo por parte de las direcciones de Osakidetza, las representaciones sindicales de cada fuerza se renovarán, para dar fin a más de una década sin elecciones sindicales en Osakidetza.