El día 16 de enero, militantes de LAB se encontraban poniendo carteles de denuncia de la irregularidad contable descubierta por este sindicato en la cocina del Hospital Santiago Apóstol de Gasteiz. Llevamos semanas viendo la rapidez con la que el jefe de seguridad retira dichos carteles, llegando a estar un máximo de 20 minutos colocados. Este día 16 de enero, dicho jefe de seguridad obstaculizó nuestra labor sindical cuerpo a cuerpo arrancando los carteles según los poníamos delante nuestro, produciéndose una situación de provocación desconocida hasta el día de hoy y que perseguía que dejásemos de realizar nuestra labor sindical de denuncia ante lo que es una gestión económica nefasta y que, además, puede suponer un quebranto penal, de ahí que nuestra denuncia no solo está en dichos carteles, sino en manos de la Fiscalía de Araba.
El director de personal también se presentó en ese momento, móvil en mano a grabarnos mientras pegábamos carteles, en la actitud chulesca y prepotente a la que nos tiene acostumbrados. No bajó a calmar los ánimos en una situación de tensión extrema, sino a tomar parte en la obstaculización de nuestra labor sindical. Ojalá la dirección de la OSI Araba diese explicaciones ante un caso de suma gravedad como la desaparición de 200.000 euros con la misma diligencia con la que se presta a amedrentar a sindicalistas que denuncian la corrupción.
El suministro de los fungibles, donde se encontraba la irregularidad, al suponer una duplicidad de gasto, fue corregida al día siguiente de que LAB acudiera a fiscalía. La doble contabilidad ha existido desde, al menos, enero del 2016 hasta 20 de noviembre de 2019 (día de la denuncia efectuada por LAB) y el agujero económico es de mínimo 200.000 euros.
La dirección económica sigue sin asumir su responsabilidad y la Gerencia de la OSI Araba tampoco.
La estrategia de la OSI Araba, hasta ahora, ha sido el silencio. Desde que realizamos la denuncia, no ha habido ni explicación ni interlocución alguna con la dirección. El 16 de enero nos dirigió la palabra por primera vez y fue para amedrentarnos por denunciar la corrupción y defender a quien estaba obstaculizando nuestra acción sindical mediante la provocación.
Para LAB es prioritaria la gestión decente de los recursos públicos, y hasta que se aclare lo sucedido en la cocina de Santiago, no existe ni jefe de seguridad ni dirección que pueda impedir nuestra labor.