Según los datos hechos públicos por el INE, la situación del mercado laboral ha evolucionado de forma dispar en cada uno de los territorios. Tal es así que en Araba y Gipuzkoa no sólo se ha mantenido el empleo sino que además se ha registrado un ligero aumento de ocupación. Sin embargo, el saldo neto en el conjunto de Hego Euskal Herria es desolador, ya que se han destruido alrededor de 19.600 puestos de trabajo durante los tres primeros meses del año, es decir, prácticamente el doble que en el trimestre anterior.
La encuesta EPA sitúa actualmente la tasa de paro de Hego Euskal Herria en el 16,9% de la población activa, después de haber contabilizado 7.300 personas más en desempleo respecto al cuarto trimestre de 2012. En todo caso, es oportuno indicar que tan sólo la reducción de la población activa ha impedido que la tasa de desempleo alcance aún cotas más elevadas.
No obstante, las circunstancias a las que se enfrenta la juventud vasca son especialmente dramáticas, con una tasa de paro cercana al 48% y unas perspectivas de encontrar trabajo cada día más remotas.
La tasa de paro también presenta diferencias atendiendo al género, y se sitúa en el 17,4% entre las mujeres y en el 16,5% entre los hombres.
Por otro lado, si hacemos balance del coste que está suponiendo la crisis en términos de empleo, comprobamos que en Hego Euskal Herria se han destruido más de 203.000 puestos de trabajo, lo que equivale al 15,7% de los empleos existentes antes de aparecer los primeros síntomas de la recesión.
Los severos efectos que está causando la crisis sobre la clase trabajadora vasca tan sólo encuentran parangón en la situación sufrida en Grecia, Letonia, Lituania y el Estado español. Mientras que en el conjunto de la Unión Europea se han perdido en torno al 2,7% de los empleos durante el mismo periodo de tiempo.
Y precisamente en este contexto el gobierno del PP amenaza con una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral y un durísimo ataque al sistema público de pensiones, para completar así la ofensiva iniciada por el anterior gobierno del PSOE contra los derechos laborales y sociales.
Para hacer frente a esta brutal agenda de reformas la respuesta más eficaz consiste en tomar la iniciativa e impulsar un proceso soberanista que materialice nuestro derecho a decidir las políticas económicas, laborales y sociales que más nos convienen, sin injerencias externas. La huelga general convocada para el próximo 30 de mayo nos abre una oportunidad en este sentido.
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