La Consejera de Sanidad ha comparecido en la sesión de control al Gobierno a petición de EH Bildu para explicar los datos que maneja Osakidetza acerca de la denuncia que presentó LAB en Fiscalía en relación a la desaparición de 200.000 euros de dinero público como consecuencia de una mala gestión en la cocina del hospital Santiago (OSI Araba).
LAB tiene datos suficientes que certifican una gestión nefasta del pliego que regula los suministros a dicha cocina, por eso volvemos a solicitar la depuración de responsabilidades y la dimisión o el cese del director económico financiero de la OSI Araba.
Además, pudiéramos estar ante un caso de corrupción, por lo que dirigimos nuestra denuncia ante la Fiscalía Superior del País Vasco.
Pero lo que hemos podido comprobar en sede parlamentaria es la cobardía de la Consejera, que ante preguntas directas se ha dedicado a hablar de qué pacientes comen más o menos, los de Txagorritxu o los de Santiago, cuando, además, todos los desajustes económicos se producen en los fungibles, no en los alimentos.
La señora Murga ha llegado a decir que los datos económicos que cuelgan en la intranet hay que contrastarlos con los pliegos y los anexos, para tener certezas, y asegura que LAB no ha realizado estos contrastaes y por eso son análisis parciales. La Consejera no se puede hacer más el ridículo, ya que no solo hemos contrastado con 3 pliegos diferentes, sino con sus anexos y con investigaciones de campo en los lugares físicos donde se producía el fraude desde al menos 2016.
Lo penoso de lo sucedido en el Parlamento es que no solo pierde toda credibilidad la Consejera, sino que arrastra a toda una institución a la infamia, utilizando a los y las pacientes y el buen hacer de la grandísima mayoría de profesionales de Osakidetza como escudo humano para proteger a personas que, como mínimo despilfarran el dinero público y que, repetimos, LAB no descarta que incluso se lucren de él.