La Dirección de la OSI Ezkerraldea-Enkarterri-Cruces, en un ejercicio de lo que llama transparencia, ha hecho llegar a los sindicatos un pequeño informe para presentarnos lo que la Dirección General de Osakidetza ha llamado Proyecto Plataforma Logística Corporativa.
La reunión ha sido una simple presentación de un documento creado por la Dirección General y un continuo intentar justificar que hay que creer que la decisión tomada es la más acertada.
En el documento se expone una cronología clara, este mes se sacará la licitación que incluirá el derribo de las antiguas instalaciones de EITB en Iurreta, la construcción del nuevo edificio, el desarrollo, la implementación y la gestión durante 10 años de la plataforma logística .
La plataforma será propiedad de Osakidetza, pero su gestión será 100% privada. Ya tenemos la versión vasca del modelo Alzira, que ahora será el modelo Iurreta. El modelo supremo de colaboración público privada ya tiene nombre en Euskadi y se llama modelo Iurreta.
Tras las afirmaciones de la consejera el 5 de mayo, en la que aseguraba textualmente que “La centralización se realizará sin disminución de un solo puesto de trabajo”, el 14 de noviembre nos encontramos con la dirección de la OSI defendiendo que no se contempla la pérdida de ningún puesto de trabajo, solo un cambio de contenidos de trabajo.
Tras una justificación por la Dirección de las increíbles ventajas de la compra centralizada, pasó a justificar que el preparado de los pedidos por una empresa privada, el continuo transporte de pedidos desde Iurreta a las diferentes OSIs y el que esas personas que antes preparaban los pedidos, pasen solamente a repartirlo por las unidades, es una mejora para todos y todas.
El reparto de las Unidades de Atención Primaria se gestionará directamente desde la plataforma logística corporativa, y el personal conductor de diferentes OSIs que venía realizando esas labores, pasará posiblemente a realizar otras, relacionadas o no con conducir.
Este mes se realizará la licitación, y la intención es posteriormente desarrollarla junto con las tres empresas con la oferta más prometedora, para poder aprovechar la experiencia de estas empresas en el desarrollo de esta plataforma. Una vez desarrollada, solo podrá quedar una y no sabemos si será una batalla épica o si simplemente una podrá cubrir las necesidades planteadas, o si se cogerá simplemente la oferta más baja.
Venden este modelo Iurreta como la panacea a la hora de normalizar el software de gestión de almacenes y como la panacea para la normalización de los armarios inteligentes. La Dirección de Osakidetza pretende que creamos que todo esto no se podría hacer desde lo público porque no tenemos recursos suficientes, ni la experiencia necesaria.
Desde hace muchos años en Osakidetza se está utilizando su software propio de gestión económica para gestionar los almacenes, desde las compras hasta la gestión de subalmacenes. La gestión logística de almacenes de Osakidetza tiene profesionales con mucha experiencia. Afirmar que no tenemos la experiencia necesaria, es una vez más menospreciar a la plantilla de Osakidetza.
Es inaceptable que una decisión unilateral de los gestores supremos de Osakidetza se tome sin ningún tipo de transparencia y sin ningún tipo de participación. Esta decisión se ha tomado sin la participación de las diferentes Direcciones, sin la participación de los sindicatos, sin la participación de ningún agente social y, por supuesto, sin la participación de la ciudadanía.
Pero más irresponsable es que esta decisión se toma sin hacer ningún tipo de estudio, ni de beneficio, ni de impacto. El impacto medioambiental que supone este sistema es previsiblemente muy grave y por lógica requeriría ser evaluado antes de comenzar.
La realidad planteada en Cruces es extrapolable al resto de Osakidetza. Estamos planteando que los pedidos diarios que se hacen al almacén para repartir, ya no se prepararán en el hospital, se prepararán en Iurreta y habrá portes diarios para que esos pedidos lleguen a sus destinos. Considerando que esa misma situación se dará en todas las OSIs, no somos capaces de calcular la cantidad de viajes añadidos que este nuevo sistema generará, y no porque no tengamos esa capacidad, sino porque es una barbaridad a priori inmensurable.
Se puede prever que la huella de carbono de Osakidetza en pleno siglo XXI va a llegar a unos límites inconcebibles para cualquier persona con un mínimo de sensibilidad medioambiental.
La lectura de LAB es clara, esto es una privatización en toda regla de la Sanidad Pública, que afecta drásticamente a esos ahorros de toda la ciudadanía. Esos de los que el señor Urkullu tanta preocupación muestra. Es absolutamente irracional el planteamiento que han dado, tanto desde una perspectiva de reducción de gasto público, como desde una perspectiva de reducción del impacto medioambiental de la administración.