El pasado mes de abril, nuestras compañeras de LAB en Garbialdi denunciaron ante Inspección de Trabajo a su empresa (contrata) y a la OSI Bilbao-Basurto (contratante) por no aplicar el Real Decreto 664/1997 de Riesgos Biológicos, denuncia que LAB ya había llevado en 2018 a Inspección de Trabajo para que a las trabajadoras de residencias se les reconociese su exposición a estos riesgos.
Ya en mayo, Inspección nos dio la razón y, por extensión, obligaba también a Osakidetza a tomar una serie de medidas en todas sus organizaciones y para todas las categorías. Presentadas alegaciones por Osakidetza, Inspección de Trabajo las ha desetimado y de forma definitva, obliga a Osakidetza a tomar medidas inmediatas en todas sus OSIs y para todas las categorías para cumplir el Real Decreto de Riesgos Biológicos y que aplique a todo el personal los 10 minutos para que se puedan asear antes de la comida y al salir del trabajo; a pesar de las alegaciones y obstáculos de Osakidetza argumentando «que solo se aplique al personal de laboratorio y que con un lavado de manos es suficiente» dejando fuera miles de personas trabajadoras expuestas al covid-19 en esta pandemia.
Otra de las medidas que Inspección exige de forma inmediata a Osakidetza es que el personal disponga de taquillas, en las cuales se pueda separar la ropa personal de la ropa contaminada.
Con este requerimiento hemos vuelto a demostrar la indefensión de la plantilla que trabaja en Osakidetza y el no reconocimiento por parte del ente público ni de las empresas privadas contratadas de la magnitud de la exposición a la que se encuentran las personas que trabajan en sanidad, tanto las de empresas como Garbialdi como el personal propio de Osakidetza.
Una vez más, hemos tenido que exigir el más mínimo cumplimiento de la propia ley mediante denuncias en instancias de inspección o tribunales, dejando claro el abandono por parte de la dirección de Osakidetza de sus trabajadores y trabajadoras durante los duros y difíciles momentos de la pandemia. Mientras las autoridades nos aplaudían falsamente y se deshacían en elogios frente a las cámaras, en los hospitales y centros de salud nos abandonaban a nuestra suerte.