Hoy hemos presentado en rueda de prensa la apertura del procedimiento judicial para solicitar la incorporación de 43 puestos de la OSI Goierri-Alto Urola a la plantilla estructural. En la comparecencia, han intervenido Zaida Casales, de la OSI Goierri-Urola; Jesús Oñate, de la OSI de Araba y Eneko Pascual, de la OSI de Donostialdea.
Hace unos meses presentamos el informe de contratación en Osakidetza en 2018, que LAB realizó a raíz del estudio exhaustivo de las dinámicas que se están dando en esta entidad como consecuencia de un infradimensionamiento que queda patente mes a mes, desde hace años, en la política de contratación.
Las conclusiones fueron tan claras como alarmantes, la falta de 3.000 puestos de trabajo fijos en una plantilla estructural de 26.000, una temporalidad superior al 35%, una precarización inasumible, con pérdida de calidad dada la falta de continuidad en los contratos.
3.000 puestos que deberían salir a procesos de movilidad y a OPE que se están cubriendo con contratación temporal y precaria en contra de los intereses no sólo de los y las trabajadoras, sino de los y las propias pacientes.
El informe pone negro sobre blanco las consecuencias de las políticas neoliberales aplicadas a la sanidad vasca, adelgazamiento de la estructura sanitaria con la inevitable bajada en la calidad asistencial, impulso a las políticas de externalización, fomento del fraude y un impacto especial en ciertas categorías como las especialidades médicas, que apuntalan un sistema de acceso corrupto, a la carta de los jefes de servicio, como si de su clínica privada se tratase.
Hoy hacemos público el primer paso en un proceso de judicialización que va a perseguir el dimensionamiento de la plantilla a parámetros que la misma Osakidetza conoce. El primer paquete de denuncia tiene que ver con 43 códigos necesarios en la OSI Goierri-Alto Urola (estamos haciendo seguimiento a 70 plazas encubiertas pero son 43 las que podemos demostrar que pasan de 2 y 3 años y se pueden judicializar). 43 puestos de trabajo que llevan más de 3 años cubriéndose con contratación precaria y algunas de ellas, incluso, vienen siendo interrumpidas irregularmente antes de cumplir los 3 años para evitar su incorporación a la plantilla estructural. De estas prácticas fraudulentas tenemos más que evidencias, que también trasladamos a Osakidetza en primera instancia, y cuya denuncia llevaremos hasta el final si ésta no asume su responsabilidad.
Tenemos constancia de que la OSI Goierri-Alto Urola, en su momento, solicitó a centrales algunos códigos. Nosotras hoy reclamamos 43 códigos formalmente a Osakidetza, y si sigue sin hacer frente a una situación que pone en peligro la calidad de los servicios prestados y que es una clara apuesta por la precarización de las condiciones laborales, LAB va a recorrer hasta el final el recorrido judicial.
A la vez, estamos viendo cómo las externalizaciones y las derivaciones a centros privados forman parte del paisaje habitual en la sanidad pública vasca. ¿a quién le viene bien esto? Si la plantilla de Osakidetza tuviera la dimensión apropiada para hacer frente a las necesidades de la población, no se debería derivar a nadie a la privada, ni para hacer resonancias, ni intervenciones, ni estudio de ningún tipo.
Hoy denunciamos y trasladamos a Osakidetza la necesidad de 43 códigos que deben incluirse en la plantilla estructural en la OSI Goierri-Alto Urola, pero son 3.000 los que faltan en toda Osakidetza. Desde LAB queremos dejar claro que este asunto es de vital importancia para la supervivencia del sistema sanitario publico, alejándolo de la precariedad laboral y con índices de calidad propios de una sociedad avanzada como la vasca. La incorporación de esos 3.000 puestos a procesos de movilidad y OPE es una prioridad para LAB.