Hemos comparecido en Bilbo para denunciar la naturaleza, dirección y gestión de los fondos europeos. Garbiñe Aranburu y Endika Pérez, secretaria general de LAB y secretario de Acción Social, han señalado que ya es hora de dar pasos para construir un nuevo paradigma de desarrollo, un camino que hay que realizar desde la izquierda, el soberanismo y con un claro liderazgo de las y los trabajadores. En este sentido, LAB tiene oferta: el Programa Socioeconómico presentado estos meses y dos proyectos de ley, el del Código Laboral vasco y la Ley de Seguridad Social vasca.
Hemos comparecido en Bilbo a trabajadoras y trabajadores que luchan por el empleo, los servicios públicos, las pensiones u otro el modelo de cuidados; es decir, con representantes de trabajadoras y trabajadores que están sufriendo el impacto de las políticas públicas neoliberales. Hemos subrayado que no compartimos los proyectos presentados por los gobiernos de Gasteiz e Iruñea para recibir dinero de los fondos europeos y hemos explicado cómo debería ser el nuevo paradigma de desarrollo en opinión de LAB:
1. El sector público debe ser el eje de la actividad económica y eso nos lleva a revisar el papel que tiene en la economía.
En primer lugar, se precisa de un uso adecuado del dinero público. Deben revisarse las prioridades:
– Incrementar la inversión pública: fortaleciendo los servicios públicos para construir el sistema público comunitario de cuidados, garantizando condiciones laborales y de vida dignas. Junto con esto, debe impulsarse la propiedad pública y social de los sectores estratégicos.
– Reorganizar las prioridades quiere decir tener en cuenta la economía local, las pequeñas empresas, las y los autónomos, la hostelería o las necesidades del comercio local. Son los sectores que han sido más afectados por esta pandemia y no se pueden quedar en un segundo nivel.
– El objetivo de esas inversiones públicas no puede ser financiar los cambios productivos que necesitan las empresas privadas.
En segundo lugar, reivindicamos el control político y económico sobre la economía. Las empresas que reciban dinero público deben mantener el empleo y ofrecer garantías para que ese empleo sea digno, garantizar que no se den situaciones de discriminación en sus centros de trabajo, compromiso de no dañar el ecosistema, utilizar suministros o productos de su entorno, garantizar los derechos lingüísticos, etc. Hay que regular todo esto.
2. Reparto del trabajo y la riqueza:
– Reconocimiento de todos los trabajos y reparto y reorganización de los trabajos de cuidados:
– Reforma fiscal: a través de impuestos directos, quien tenga más dinero tiene que pagar más y se necesitan decisiones para limitar los desmedidos beneficios de algunas empresas. Terminando con el fraude fiscal e incrementando la presión fiscal sobre las grandes rentas y los beneficios empresariales, hay mucho margen para mejorar la recaudación.
3. Modelo de desarrollo sostenible. La emergencia climática es una realidad. Por lo tanto, la transición ecológica no es una opción. Para hacer frente a este reto, hay que cambiar el modelo de producción y consumo que está en vigor.
Se necesita un plan para dar una nueva dirección al desarrollo productivo. Habrá que reducir las actividades económicas que son perjudiciales desde una perspectiva ambiental y habrá que hacer otro tanto con otras que no son socialmente deseables. El empleo que se destruya en estos ámbitos deberá sustituirse con empleo que se cree en ámbitos para el sostenimiento de la vida. También habrá que reducir la jornada. Limitar el consumo excesivo.
4. Trabajo y pensiones dignas: Hay que realizar una apuesta por un Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social y luchar por un Código Laboral de Euskal Herria y una ley propia de Seguridad Social.
5. Desarrollo nacional: Hay que realizar una apuesta por la relocalización de la economía, impulsando el desarrollo local. Construir un nuevo modelo económico y social es un desafío a nivel mundial, pero tenemos que tener claro que esa alternativa debe impulsarse desde cada uno de los países, impulsando procesos de soberanía popular.
En palabras de Garbiñe Aranburu, «creemos que la amplia mayoría social de este pueblo se suma a estos valores y nosotras hemos realizado una aportación para impulsar ese debate social que se debe realizar. En las próximas semanas intentaremos buscar sinergias y construir consensos entre agentes políticos, sindicales y sociales, entre quienes estamos a favor de la transformación social. Estos consensos podrán ser más amplios o más puntuales».
Según la secretaria general, «tenemos como objetivo conseguir acuerdos sociales para la transición e impulsar la activación social a favor de los mismos. Se están realizando movilizaciones y huelgas por los servicios públicos, el empleo, las pensiones o el sistema público de ciudados y vendrán más en el futuro. Además estamos convencidas de que habrá momentos para movilizaciones más generales, momentos de confluencia entre las diferentes luchas».