La hostelería de Gipuzkoa es un sector muy precarizado: un alto porcentaje de las y los trabajadores que trabajan en ella está inmersa en la economía sumergida, sin convenio. El último que se firmó perdió su vigencia en 2010 y, a pesar de los intentos realizados, no se ha renovado desde entonces. Esto precariza aún más al sector, siendo el principal responsable la Asociación de Hostelería de Gipuzkoa.
En este contexto, el martes, tuvimos conocimiento de una noticia que debíamos denunciar: 21 personas trabajaban en el Senra y otros bares de Donostia en condiciones tan irregulares como infrahumanas.
Aprovechando su situación de indefensión, el empresario les obligaba a trabajar sin contrato de trabajo, sin descanso y cumpliendo jornadas de 12 y 15 horas diarias a cambio de un salario miserable.
Detrás de esta Donostia de postal encumbrada por la gastronomía y la hostelería, se encuentran las condiciones de trabajo lacerantes de las personas trabajadoras que sostienen con sus cuerpos este modelo de explotación. Racismo, clasismo, explotación y excesos están al otro lado de esa moneda cada vez más violenta y excluyente. ¡Basta ya de una patronal especuladora que se enriquece con excesos y todo tipo de chantajes y falsas promesas!
En Hondarribia, también hay otro bar Senra gestionado por el mismo propietario, en el que la situación se repite. Es más, en esta localidad, el bar es conocido por contratar a personas que se encuentran en esta situación (inmigrantes, personas en situación administrativa irregular,…).
Consideramos que todas estas situaciones deben ser denunciadas y combatidas para garantizar que el derecho a trabajar en condiciones dignas sea para todas y todos los trabajadores.
Para denunciar lo ocurrido y hacer llegar a las personas afectadas nuestro apoyo y toda nuestra fuerza, ¡llamamos al boicot!
Del mismo modo que hoy, 27 de enero, nos hemos concentrado frente al bar Senra de Donostia, el martes, 31 de enero, nos encontraremos ante el bar Senra de Hondarribia.