Tal y como hicimos el pasado 27 de noviembre los sindicatos LAB, ESK, STEILAS, EHNE- ETXALDE e HIRU frente a la Diputación Foral de Gipuzkoa, hoy, en representación de esa intersindical, representantes de LAB y ETXALDE, hemos denunciado en las Juntas Generales de Gipuzkoa la alta siniestralidad laboral en el sector forestal y exigido un cambio del modelo de explotación.
En términos de salud laboral, la situación de las y los trabajadores de este sector es drámatica. En la última década, al menos, 32 trabajadores y trabajadores han muerto en accidente laboral en Euskal Herria. Este dato supone el 5% de todas las muertes en accidente laboral en Euskal Herria en el mismo período. Teniendo en cuenta el número de trabajadoras y trabajadores de este sector, presenta un 10-15% más de mortalidad laboral que el sector de la construcción.
Estamos ante un problema estructural, que se repite constantemente.
Una de las razones principales es la precariedad que existe en el sector. Falsos autónomos, uso generalizado de la subcontratación, se trabaja de forma aislada, no hay recursos preventivos, falta de formación, en general, no se cumplen la normativa laboral ni la de salud laboral.
Pero otra razón fundamental es el modelo actual de explotación intensivo en Bizkaia y Gipuzkoa. Bizkaia y Gipuzkoa concentran el 75 % de todas las muertes en el sector en Euskal Herria.
La propia actividad conlleva riesgos. Pero hay un factor indirecto que incrementa exponencialmente estos riesgos, el modelo forestal intesivo. Con el fin de priorizar el benficio económico, este modelo permite que en nuestros montes las especies foráneas, las especies de crecimiento rápido, cambien, crezcan y salgan en forma de matarrasas en ciclos cortos de tiempo. Desde el punto de vista de la biodiversidad ha transformado nuestras tierras de montaña, ha prescindido masivamente de sus bosques y especies, y a su vez, los matarrás y la transformación del hábitat han atacado gravemente a la fauna autóctona. Para ello se utiliza maquinaria pesada y se abren pistas en el monte para poder sacar leña aumentando los riesgos contra las y los trabajadores.
Además, las intervenciones se realizan frecuentemente en pequeñas, aisladas y remotas zonas privadas, reduciendo las posibilidades de llevar una adecuada planificación de trabajo. En las últimas décadas ha sufrido el fracaso desde el punto de vista económico, ha despilfarrado millones de euros públicos en subvenciones; ni qué decir tiene desde el punto de vista de la salud laboral. De hecho, la explotación forestal intensiva se debería realizar en llanuras, y cuando estas técnicas se trasladan a nuestros valles, el factor de riesgo llega a límites inaceptables.
Esta falta de viabilidad económica no sólo ataca el medio ambiente, sino que perjudica la seguridad y la salud de los trabajadores, poniendo en peligro la vida de las y los trabajadores. Realizar las horas de trabajo de forma masiva, incluso los fines de semana, se utiliza maquinaria vieja e inadecuada para las grandes cuestas, los ritmos de trabajo son muy altos debido al escaso valor del material sacado. Estos factores, que se suman a los riesgos inherentes al trabajo, son los causantes de la alta siniestralidad en el sector.
Por eso, es necesario terminar con este modelo de explotación y reclamamos tanto a la Diputación forales como a las Juntas Generales de Gipuzkoa y Bizkaia que modifiquen las normativas forales sobre montes, en defensa de un modelo forestal sostenible, en defensa de un modelo de explotación forestal sostenible, evitando el modelo intensivo, para garantizar la viabilidad económica, de la biodiversidad, así como la salud laboral y las condiciones laborales.