Hemos registrado sendas solicitudes en el Gobierno Vasco y en el Parlamento de Nafarroa para pedir, como consecuencia del Covid-19, que impulsen los permisos necesarios para el cuidado de menores y personas con dependencia durante el confinamiento. Además de realizar esta solicitud, nos hemos concentrado a las puertas de las sedes de las citadas instituciones bajo el lema «Gu noren kargu?».
Xabier Ugartemendia, secretario de Acción Sindical y Negociación Colectiva de LAB, ha realizado declaraciones en Bilbo; Igor Arroyo, secretario general adjunto, ha hecho lo propio en Iruñea.
Se van a cumplir casi dos años padeciendo la pandemia del Covid-19 que tanto nos está afectando. Somos conscientes de que esta situación ha dado lugar a situaciones muy complejas, como las relacionadas con la salud, la situación socioeconómica, el empleo o los cuidados. Mediante las concentraciones y las solicitudes registradas en Bilbo e Iruñea, hemos pedido que las instituciones tomen medidas ante las situaciones que se están dando en el ámbito de los cuidados. Es decir, hemos reclamado que pongan los cuidados en el centro y tomen las medidas necesarias y urgentes para que esto sea así. Y es que, en opinión de LAB, «corresponde a las autoridades tomar estas decisiones y medidas, porque no es el momento de mirar para otro lado».
Año y medio después, en la misma situación
LAB propuso en verano de 2020, en la primera fase de la pandemia, la creación de permisos especiales para quienes ya tenían problemas de cuidados. Esta petición la dirigimos expresamente, por escrito, tanto a las patronales como a los gobiernos de Hego Euskal Herria. Un año y medio después, sin embargo, estamos lamentablemente en el mismo punto en el que estábamos entonces. Abordamos este tema con mucha preocupación y también desde la responsabilidad que nos corresponde como sindicato. Hace año y medio lo hicimos así y en esta ocasión lo volvemos a hacer.
Se ha recuperado la actividad educativa, pero no podemos decir que estemos viviendo una situación normal. Somos conscientes de que el Covid-19 ha golpeado con fuerza a jóvenes y niñas y niños de nuestros municipios y hogares en los últimos meses. Esto ha tenido una clara consecuencia: muchos de ellas y ellos han sido confinados durante al menos 10 días. Han sido cientos las clases que se han cerrado en los últimos meses y miles de jóvenes y niñas y niños han tenido que estar en casa. «Pero, ¿quién se ha hecho cargo, en la mayoría de las veces, de esas personas que no pueden quedarse solas?», hemos preguntado ante el Gobierno Vasco y el Parlamento de Nafarroa.
Las administraciones, las mismas que deciden mandar a casa a jóvenes y niñas y niños, no han dado respuesta a esa situación y no han garantizado el cuidado de esas personas.
Se ha convertido en una cuestión o problema totalmente individual, es decir, si alguna niña o niño es confinado, cada familia sabrá lo que hace, las posibilidades que tiene. Y estas opciones son muy limitadas para la mayoría de la población de Euskal Herria: dejarlas con algún miembro de la red de cuidados del entorno familiar, a menudo abuelas y abuelos, con riesgo de contagiarlas; o que las madres y padres asuman el cuidado. En este segundo caso, sin embargo, no existe garantía jurídica, ya que el marco actualmente aplicable no contempla permisos para el cuidado.
Tanto en el sector público como en el privado
Situaciones extraordinarias exigen medidas extraordinarias. Por lo tanto, es imprescindible y urgente crear marcos que posibiliten estas medidas. En este sentido, los gobiernos de Gasteiz e Iruñea tienen la obligación de impulsar estos marcos que den paso a los permisos de cuidados a consecuencia del Covid-19.
En definitiva, exigimos que, tanto para el sector público como para el privado, se creen permisos para el cuidado de personas con necesidades de cuidados durante el confinamiento, tanto por haber dado positivo como por haber sido contacto. Pedimos que se tomen las decisiones y medidas necesarias para ello y que se constituya una mesa que lo permita con el liderazgo que corresponde a los gobiernos.
Eso sí, desde LAB consideramos que estos permisos deben ir acompañados de medidas de corresponsabilidad, ya que sabemos que si esto no es así, serán las mujeres las que asuman la responsabilidad del cuidado. También debemos apuntar que el teletrabajo o el trabajo no presencial no pueden ser entendidos como medidas de conciliación, a pesar de que la tendencia ha sido clara en los últimos años, ya que ello implica simultanear tareas de empleo con tareas de cuidado y no son compatibles, ya que ambos son trabajos y requieren su correspondiente reconocimiento, tiempo y dedicación.
En consecuencia, mediante las solicitudes registradas en Bilbo e Iruñea, hemos vuelto a instar a las autoridades a que tomen en consideración la situación actual, pongan en el centro los problemas de la ciudadanía y actúen con la responsabilidad que les corresponde. En este caso, hemos solicitado concretamente que se faciliten los recursos necesarios para la creación de los permisos para el cuidado.