LAB realiza con las trabajadoras de comedores escolares una sentada en el Departamento de Educación para denunciar la imposición de la jornada continua el curso que viene.
En los comedores escolares estamos sufriendo las duras consecuencias de la implantación de la jornada continua en los centros escolares durante este curso.
La manera en la que se ha implantado esta jornada, sin ayudas económicas, ni de conciliación, ha dado lugar a una importante bajada del número de comensales que ha provocado pérdidas de puestos de trabajo y reducciones de horario en una plantilla donde más del 95% somos mujeres.
Si este curso no entendíamos la implantación de la jornada continua como medida preventiva frente al Covid, menos entendemos la idea de seguir con ella, cuando en este tiempo se ha observado que el espacio educativo, incluído comedor, no es un foco de contagio sino todo lo contrario, es garantía del cumplimiento de las medidas.
La matriculación en los comedores escolares este curso ha sido casi un 50% inferior, por lo que muchas mujeres hemos sufrido mermas salariales, modificaciones de horarios y despidos.
Y hoy nos encontramos de nuevo ante la imposición de la jornada continua ¿otra vez por motivos de Covid? Navarra ha sido la única autonomía del estado donde se ha implantado la jornada continua por ese motivo y si la comparamos por ejemplo con la CAV, donde la jornada escolar sigue siendo partida, el número de aulas confinadas es muy similar e incluso Nafarroa cuenta con picos más elevados.
No vemos motivos sanitarios para mantener una situación que pone en riesgo inminente nuestro futuro laboral, y todo por una cabezonería del Consejero de Educación, por lo que desde LAB anunciamos un inicio de curso caliente. Si no se da marcha atrás con esta situación, habrá futuras movilizaciones sin descartar una huelga en el sector.