El sector aeronáutico debía ser uno de los sectores punteros de la industria de Euskal Herria. Así nos lo han hecho saber a lo largo de los años, y con esa excusa, se ha invertido mucho dinero público en forma de ayudas a las empresas del sector y también para la creación de nuevas empresas. Cabe destacar que se trata de un sector emergente, que ya ocupa a más de 15.000 trabajadores y trabajadoras. También queremos destacar que se trata de un sector donde la presencia de mujeres es notablemente superior en comparación con el resto de sectores de la industria; por ejemplo, en Alestis, la presencia de mujeres supone alrededor del 50% de la plantilla, en Aernnova ronda el 32% y en ITP Aero-PCB alrededor de 80 mujeres están en riesgo de perder su puesto de trabajo.
Mientras en el contexto de la pandemia del coronavirus se difunden discursos para quedar bien, los y las trabajadoras del sector han sido desprotegidas y abandonadas a su suerte. Las empresas están transformando el sector aeronáutico. En un sector que para el futuro de Euskal Herria será estratégico, se está destruyendo empleo sin piedad y todo esto con la ayuda de las instituciones. El objetivo de esta destrucción de empleo no es otro que sustituir, en el futuro, a los y las trabajadoras actuales por trabajadores y trabajadoras precarias y en muchos casos deslocalizar la producción a algún lugar más barato.
Son muchas las empresas que en Euskal Herria han tomado diferentes medidas; despidos tanto individuales como colectivos, recortes, Expedientes de Regulación de Empleo Temporales… Quieren que los y las trabajadoras paguen la situación coyuntural provocada por el coronavirus; ITP, ITP-Aero Castings-PCB, Alestis, Aernnova, Fibertecnic, Burulan, Gmpasa, Feliu & Madinabeitia Servicios a la Industria, Metaltrec, Lauak, Aciturri, Mtorres, son sólo algunos ejemplos de lo que estamos diciendo.
A pesar de que en todos los análisis aparece claramente que se trata de una situación derivada del Covid, y por lo tanto coyuntural, los y las trabajadoras del sector parece ser que no merecen atención alguna y están dejando en manos de cada empresa que se lleven a cabo recortes y despidos aprovechandose de la situación.
A pesar de la total falta de protección, la respuesta de los y las trabajadoras está siendo ejemplar, están luchando en defensa de su empleo y de un futuro digno. Huelgas, manifestaciones, caravanas de coches, diferentes dinámicas… estamos utilizando todas las herramientas que tenemos en defensa del empleo digno. Sin embargo, tenemos claro que no es suficiente. Necesitamos nuevos pasos, pasos y medidas valientes.
Pedimos a todas las patronales que dejen de lado cualquier intención de despedir a trabajadores y trabajadoras. Que inviertan la riqueza que han acumulado durante largos años y las subvenciones que han recibido en esta transición, que inviertan en personas. Que pongan la vida por encima del capital. Existen herramientas y alternativas suficientes para impedir el despido de trabajadores y trabajadoras en esta situación coyuntural. Ya es hora de poner en marcha, en este país, la estrategia de reparto del trabajo y eso supone hablar de la jornada laboral. Deberíamos empezar a recorrer este camino en sectores como la aeronáutica.
A las diferentes administraciones de Euskal Herria. Creemos que es necesario invertir en el sector aeronaútico, pero esa inversión debe llevar aparejada un uso responsable del dinero público. No se puede permitir utilizar esas inversiones realizadas con dinero público como si de un cheque en blanco se tratara. Hay que exigir compromisos a las empresas que reciban dinero público, como pueden ser la no concesión de subvenciones a las empresas que hayan despedido al 5% de su plantilla en el último año, o la obligación de devolver ese dinero si realizan despidos, o en el caso de las empresas que realicen deslocalización, la obligación de devolver todas las subvenciones recibidas en los últimos 5 años.
Por último lanzamos un mensaje a las diferentes administraciones, alineadas con la patronal y que, en lugar de defender a los y las trabajadoras protegen los intereses del capital. Seguiremos luchando y para ello la unión de todo el sector, la lucha de todos y todas juntas y la defensa de los puestos de trabajo frente a los culpables será imprescindible.