El 2 de octubre murió José Luis Landeta con 73 años, debido a un cáncer de garganta y de pulmón. Landeta trabajó en la empresa Guardian de Laudio a lo largo de 28 años, en constante contacto con el amianto. Dejó de trabajar con 51 años, pero el reconocimiento de su invalidez no le viene por enfermedad profesional, sino por enfermedad común. Tras 6 años le diagnosticaron cáncer de pulmón. Entonces inició una larga lucha y consiguió que se enfermedad fuera reconocida como enfermedad profesional hace pocos meses, tal y como explicó el propio Landeta en una entrevista que nos concedió en abril. Hoy, desde la mayoría sindical hemos homenajeado a Landeta y al resto de víctimas del amianto.
Esta es la nota que hemos emitido la mayoría sindical con motivo del homenaje de hoy:
El día 2 de octubre tuvimos conocimiento del fallecimiento como consecuencia de las enfermedades derivadas del amianto de nuestro compañero Jose Luis Landeta Ramos.
En primer lugar queremos mostrar nuestro mas sincero apoyo y solidaridad con la familia y personas allegadas de Jose Luis.
Al trabajador tras veintisiete años de trabajo en Guardian Llodio (antigua VILLOSA), le fue reconocida en el año 1997, una incapacidad permanente derivada de enfermedad común, por el cáncer de laringe que padecía.
En el año 2011 inicio la pelea para que se le hicieran los reconocimientos médicos post-ocupacionales por parte de Osakidetza por haber estado expuesto a amianto, tras la aparición de las placas pleurales el INSS negó la enfermedad profesional, empezó un camino interminable de reconocimientos médicos, inspección de trabajo, Osalan, instituto de silicosis de Oviedo y varios juicios, finalmente por sentencia reconocieron judicial que las placas pleurales que padecía eran consecuencia de la exposición al amianto a la que fue sometido en GUARDIAN LLODIO. En el año 2015 al reconocerse por fin (ya era enfermedad profesional en otros países de Europa y no en el estado español) el cáncer de laringe por exposición al amianto como enfermedad profesional según el RD 1150/2015, se inició otra vez el mismo largo y tortuoso proceso para que finalmente en 2017 por sentencia judicial obtuvo el reconocimiento de su dolencia, cáncer de laringe, como enfermedad profesional.
Pero ese camino iniciado en el 2011 a día de hoy todavía no ha terminado, ya que todavía falta la resolución de inspección de trabajo con respecto a la posibilidad del recargo de prestaciones por falta de medidas de seguridad. Es decir, nuevamente el amianto, esa enfermedad derivada del amianto ha matado a nuestro compañero, antes que desde los poderes públicos se le reconocieran todos los derechos, UNA VERGÜENZA.
Este es el camino al que se ven abocadas las víctimas de amianto, a un calvario, en este caso de mas de 7 años (que todavía no ha acabado) de juicio en juicio, de médico en médico, al INSS a inspección de trabajo a Osalan, todo puertas cerradas que hay que ir abriendo paso a paso. Es indiscutible, que en el origen de la epidemia de cáncer producida por el amianto, existe por un lado una responsabilidad empresarial por incumplir la legislación y por obligar a trabajar a los trabajadores y trabajadoras sin ninguna medida preventiva, y por otro una responsabilidad de las distintas administraciones publicas y del estado por su pasividad durante décadas para con el riesgo de la fibra cancerígena y porque a día de hoy siguen mirando hacia otro lado, no ponen medios para la detección precoz de las enfermedades, ni vigilancia de la salud post-ocupacional, ni servicios especializados, nada. Tanto las empresas como los gobiernos, como las mutuas patronales se enriquecieron a costa de nuestra salud y nuestra vida, pero son las propias víctimas las que tienen que, aun con las pocas fuerzas que les queden, seguir peleando para que se reconozca que esa enfermedad no es casual, es el resultado de un modelo económico, de trabajar con amianto.
Aún así, debemos de seguir peleando y luchar para obtener el reconocimiento de enfermedad profesional y a buscar y señalar a los responsables, las empresas que los hicieron enfermar, así como otras propuestas como son el Fondo de Compensación de las víctimas, o la jubilación anticipada de quienes estuvieron expuestos, etc.
Por todo ello, en la Plaza del Ayuntamiento de Laudio, hemos convocado una concentración de denuncia de esta ultima muerte obrera como consecuencia de la avaricia patronal y de la pasividad de las administraciones publicas así como homenaje a nuestro compañero, y a los otros 24 trabajadores que han fallecido en 2018 a consecuencia del amianto en Hego Euskal Herria.