A convocatoria de la mayoría sindical vasca, nos hemos movilizado en Bilbo e Iruñea, ante las patronales Confebask y CEN, para exigir medidas urgentes para detener la sangría de los accidentes laborales. Concretamente, la actividad económica se ha reducido drásticamente como consecuencia de la Covid-19. Sin embargo, superamos el número de accidentes laborales mortales de 2019. La pandemia ha mostrado con mayor claridad que nunca que la salud es un daño colateral al sistema económico.
Estamos en noviembre, el año aún no ha terminado y ya han muerto al menos 53 personas en Hego Euskal Herria por un accidente laboral. Entre ellos se encuentra Joaquín, cuyo cadáver sigue enterrado en el vertedero de Zaldibar. Aparte de estas 53 personas, muchos trabajadores y trabajadoras han enfermado o fallecido con motivo de la Covid-19. Queremos denunciar que los datos de siniestralidad son cada año peores y no vemos cambios funcionales ni por parte de las empresas ni de los gobiernos de turno.
Los accidente de trabajo y enfermedades profesionales son inaceptables. A día de hoy existen suficientes medios técnicos y humanos para evitarlos, pero cuestan dinero y las empresas y la patronal no quiere invertir en prevención. Siempre priorizan la productividad ,el beneficio económico a corto plazo frente a la seguridad y salud de la gente, también en estos tiempos de pandemia, donde se viene trabajando durante meses sin las necesarias medidas de protección frente a la Covid-19 y el resultado es catastrófico para los y las trabajadoras que sufren la precariedad todos los días en los centros de trabajo.
Este año esta aún por concluir pero ya hemos superado con creces los datos de siniestralidad laboral del año 2019. Hay que tener en cuenta el confinamiento domiciliario que nos impusieron en marzo en el que muchas empresas tuvieron que parar su actividad por no considerarse esencial y a pesar de este parón en la actividad laboral y la posterior crisis económica , los datos son aun más negativos que el año anterior , la siniestralidad laboral sigue aumentando Denunciamos asimismo la contradicción que ha supuesto el confinamiento de la población en sus domicilios con la obligación de desplazarse a trabajar y el riesgo de contagio en las empresas en muchos casos en sectores no esenciales ante la insistencia de la patronal, lo que deja en evidencia la connivencia que existe entre gobiernos y patronales.
Los datos, por tanto, reflejan que la estrategia mantenida por los gobiernos de CAPV y Navarra contra la precariedad laboral y contra la Covid-19 no está sirviendo , que a pesar del confinamiento domiciliario, de las restricciones y de las medidas impuestas por los gobiernos, los accidentes, las enfermedades y los contagios aumentan y se están llevando por delante la salud y la vida de la gente tanto en la calle como en los centros de trabajo. Hay que cambiar de rumbo y anteponer la salud y la vida a todo lo demás.
No se puede luchar contra los accidentes o contra este virus sin las medidas o medios de protección adecuados, no se puede exigir a las personas que trabajen sin equipos de protección adecuados arriesgando su salud y su propia vida. Sin embargo, esto es lo que ha pasado durante muchos meses. Esta crisis sanitaria ha retratado a la perfección la precariedad a la que se someten las personas que trabajan en el sector sanitario y socio-sanitario, de la alimentación y la limpieza, todos ellos sectores feminizados y privatizados, que sufren una gran desprotección en forma de eventualidad, contratación parcial y elevados índices de rotación, así como las personas que trabajan en el transporte y la distribución, que entre otras, también sufren esta precariedad y falta de reconocimiento.
Exigimos a los gobiernos de CAPV y Navarra que prioricen la salud y la vida y garanticen la seguridad de las y los trabajadores. Les exigimos que publifiquen los sectores básicos y cambien de estrategia tanto en salud laboral como en la lucha contra este virus. Se deben garantizar las medidas y medios adecuados en los centros de trabajo y no se puede dejar el nivel de cumplimiento de estas medidas sólo en manos de las empresas , las administraciones públicas deben realizar vigilancia y mayor control sobre las empresas . Sin salud no hay economía, no hay vida digna, no hay futuro.