Desde la mayoría sindical de Osakidetza continuamos con la dinámica de movilizaciones anunciadas el pasado 10 de diciembre, que culminarán con una jornada de huelga el próximo 28 de enero a la que está llamada toda la plantilla de Osakidetza. En concreto, nos hemos manifestado en las tres capitales de la CAV con el objetivo de denunciar la grave situación que atraviesa la sanidad pública, la falta de soluciones a sus problemas estructurales y la nula voluntad negociadora del Departamento de Salud; y asimismo, exigir una verdadera negociación y soluciones inmediatas y reales a una situación que lejos de mejorar, empeora por momentos.
Concretamente, en las últimas semanas hemos denunciado de manera reiterada que en la Mesa Sectorial no se negocia nada, actitud que pudimos constatar, nuevamente, en la reunión que mantuvimos el pasado día 29 de diciembre con la Consejera de Salud. Cabe recordar que, en dicha reunión, la Consejera se negó a responder a las preguntas realizadas en relación con la organización del proceso de vacunación en el que Osakidetza se halla inmersa así como a varias cuestiones relativas al proyecto de presupuestos del Departamento de Salud. Ambas cuestiones tienen una incidencia directa en las condiciones laborales de las y los trabajadores de Osakidetza y también en el servicio sanitario que se ofrece a la ciudadanía.
Entretanto, hemos escuchado al Vicelehendakari escudarse en los derechos de la plantilla para justificar el ritmo de vacunación. Cabe señalar que es el Departamento de Salud el que ha decidido quién, cuándo y cómo vacuna y que es inadmisible que se intenten camuflar una gestión que corresponde exclusivamente al Gobierno Vasco detrás de los derechos de la plantilla, máxime si tenemos en cuenta que es precisamente el esfuerzo y la implicación de los/as trabajadores/as el que está manteniendo el servicio sanitario público en estos tiempos.
Lo que verdaderamente existe es una deficiente planificación, que está todavía en el aire, y una falta de refuerzo de la plantilla, plantilla cuyo trabajo se ha multiplicado en los últimos meses y que padece una sobrecarga estructural que viene de lejos. Es evidente que una mayor velocidad de vacunación requiere un refuerzo de los equipos humanos y por lo tanto, una mayor inversión. Pero es evidente que el Gobierno Vasco no está por la labor de aumentar la inversión en los servicios esenciales.
Una vez más, volvemos a reiterar la necesidad y la urgencia de abordar nuestras reivindicaciones: una partida presupuestaria para la sanidad pública que se equipare a la media de la UE, destinando un 25 % del presupuesto de sanidad a la Atención Primaria; aumento de la plantilla, con la incorporación a la plantilla estructural de los empleos ocultos en fraude; consolidación de trabajadoras/es eventuales; reversión de todos los recortes; la reversión de los servicios privatizados; y medidas para garantizar la salud y la seguridad de la plantilla.