Esta mañana hemos llevado a cabo sendas concentraciones ante Confebask (CAV) y CEN (Nafarroa) bajo el lema El negocio de cuidados es violencia machista.
A las puertas tanto del Día Contra la Violencia Machista (25 de noviembre) como de la Huelga Feminista General (30 de noviembre), hemos realizado sendas movilizaciones en Bilbo e Iruñea para denunciar que la patronal se enriquece con el negocio de los cuidados y, por tanto, promueve y reproduce la violencia económica. Frente a ello, las personas congregadas ante las sedes de Confebask y CEN han reivindicado un sistema público comunitario que mejore las condiciones de vida de todas los trabajadoras y garantice el derecho universal al cuidado. En la cita de Iruñea hemos llevado sillas de ruedas hasta las puertas de la patronal y hemos dejado claro que el actual modelo nos perjudica tanto a las trabajadoras como a todas las personas que tienen necesidad de ser cuidadas. Así se lo hemos trasladado también a Confebask, pegando en su puerta mensajes que explican la diferencia entre los beneficios de las empresas privadas y las retribuciones de sus trabajadoras, dejando claro que el desequilibrio es enorme.
En la cita de Bilbo han participado el coordinador general de LAB, Igor Arroyo, y la responsable de la Secretaría Feminista, Maddi Isasi. En de Iruñea, por su parte, han estado el portavoz de Nafarroa, Imanol Karrera, y la miembro de la Secretaría Feminista y de la Dirección del sindicato, Arantza Vázquez.
Recuerdan que actualmente la mayoría de los servicios de cuidados están privatizados y en manos de unas pocas empresas, que además reciben dinero público. Cuentan con el apoyo de la administración para seguir enriqueciéndose a costa de las trabajadoras, usuarios y usuarias y familias. Los partidos políticos que gobiernan nuestras instituciones han puesto la alfombra roja a la privatización de los servicios de cuidados.
Las consecuencias que conlleva la privatización son de sobra conocidas: sueldos demasiado escasos, jornadas largas, no tener en cuenta los ratios, convenios laborales bloqueados durante años, negar unos cuidados dignos a los usuarios y usuarias… Todo ello es también violencia machista. Como ejemplo, mientras DomusVi (empresa que gestiona residencias de mayores) tiene unos beneficios de unos 1.400 millones de euros, las trabajadoras de las residencias de Araba y de Nafarroa están sin convenio y perciben un salario de 1.000 euros por 1792 horas de trabajo al año.
Todos los empleos y trabajos dedicados al cuidado son precarios y hay que recordar que en Hego Euskal Herria 164.000 mujeres los realizan de forma gratuita.
Sin embargo, el negocio de la patronal va más allá del sector de los cuidados, ya que también se enriquece a través de las reducciones de jornada o medidas de conciliación que adoptan las mujeres*.
Consideramos que debe garantizarse el derecho colectivo al cuidado, para lo que reclama un Sistema Público Comunitario de Cuidados. Por otro lado, reivindica una reordenación integral del empleo, para lo que es necesaria una reducción de la jornada laboral. Tenemos por objetivo la semana laboral de 30 horas para aumentar el tiempo para el cuidado mutuo y para que los hombres se responsabilicen del cuidado.
Por tanto, reiteramos nuestro llamamiento a la Huelga Feminista General del 30 de noviembre.