Esta semana hemos trasladado al juzgado de instrucción No2 de Gasteiz un hallazgo de suma relevancia en los exámenes de traumatología y solicitado una prórroga para continuar la investigación de las filtraciones en la OPE 2016-17 en Osakidetza. Hace muchos meses que LAB solicito todos los exámenes originales aprobados de las categorías investigadas, pero no se atendió nuestra solicitud porque, según el criterio de la magistrada, no aportarían nada relevante a la causa. No obstante, accedió a la solicitud efectuada por LAB de los exámenes de traumatología puesto que había declaraciones de testigos que apuntaban a exámenes que parecían “fotocopias”.
Dichos exámenes de traumatología llegaron hace un mes y tras el análisis dirigido por el sindicato LAB, hemos identificado una palabra muy concreta para cada caso práctico del examen que, seguramente, sería las consignas o palabras clave necesarias para romper el anonimato que debería regir la prueba. Las palabras LENKE, MASON, LICHMAN o REAGAN MORREY, subrayadas y con mayúsculas, servían para identificar a simple vista a las personas que debían sacar buena puntuación. El 95% de las personas que sacaron más de 70 puntos utilizaron estas palabras clave.
A la vista de este relevante hallazgo, esperamos que la magistrada reconsidere su criterio sobre la importancia de analizar los exámenes de las 21 categorías investigadas y acepte la prórroga de 6 meses para poder ser analizados como se merecen.
Asimismo, hemos solicitado la ubicación geográfica del puesto de trabajo de las y los 48 aspirantes de traumatología que obtienen más de 70 puntos y que emplearon dichas palabras clave. Esta solicitud va dirigida a poder estudiar la vinculación de estas personas con los miembros del tribunal. En Alto Deba, por ejemplo, su jefe de servicio participó en la confección del examen y todos sus subordinados y subordinadas utilizaron la señal detectada y acumularon las notas más altas del ejercicio. Ese tipo de situaciones no fueron investigadas en su momento por Osakidetza, a pesar de descubrir que los vocales del tribunal, conociendo ya los casos que formaban parte del ejercicio, se reunieron de manera clandestina en el hotel Astoria días antes del examen.
LAB tiene la certeza de que los exámenes encierran las evidencias definitivas de filtración, de ahí nuestra insistencia por aportar esos documentos originales a la causa. Hasta ahora, en las únicas dos categorías en las que los hemos conseguido los documentos originales, se han identificado serias anomalías y coincidencias, muy difíciles de explicar salvo si se ha producido una filtración.
Osakidetza no vio indicios de filtración en traumatología, ni tampoco en ninguna otra categoría a pesar de situaciones que rozan el bochorno y que sólo son posibles cuando se goza de una impunidad total. La investigación farsa que efectuó Osakidetza es una evidencia más de la actuación del ente. Los directivos del ente, fomentaron y blindaron un mecanismo de garantía para que se produjeran las filtraciones e intentaron ocultar la existencia de las mismas de múltiples maneras, incluidas reuniones clandestinas y ocultadas a la investigación durante mas de dos años, como en el caso de las reuniones con el filtrador de cirugía plástica y su “elegida” en las que participaron tanto directivos de Osakidetza como del IVAP. La perseverancia de LAB y las diligencias practicadas a instancias del sindicato ha conseguido sacar a la luz contra todo pronóstico estas situaciones. Sólo la comparecencia de la antigua dirección de Osakidetza –que hemos solicitado nuevamente- podrá arrojar luz sobre las grandes incógnitas que rodean al modelo de OPE que se promocionaba en 2018 como el más garantista y limpio de la historia de Osakidetza por boca del consejero Darpón.
Sin embargo, tras la apariencia de “limpieza” por la incorporación del IVAP en la realización de los exámenes ha salido a la superficie la esencia de los procesos de selección de facultativos especialistas, el reparto discrecional de plazas se blindaba aún más con las medidas implementadas. Darpón, Mújica, Balerdi, Soto, Arcelay y Aparicio aún esconden infinidad de respuestas a interrogantes sin resolver, por lo que para LAB, la opinión publica o las y los miles de aspirantes afectados no resulta comprensible que no se haya tomado declaración a ninguna de esas personas, a pesar de que incluso la fiscalía lo vio oportuno en su escrito inicial de denuncia respecto a Balerdi, Soto y Arcelay.
Hacemos un llamamiento a las partes de la acusación a que secunden dicha solicitud de prórroga en pro de evitar un cierre en falso de una investigación que tiene miles de afectados y afectadas y que compromete seriamente los cimientos democráticos de una institución como Osakidetza tan importante y tan presente en la vida de la ciudadanía.