La plantilla de la residencia INMON-Carmelitas Madres de la caridad de Vedruna, es una de las más activas y participativas en las movilizaciones que esta llevando a cabo el sector de residencias y viviendas comunitarias de Araba por la negociación del I convenio provincial. Estas trabajadoras además, llevan meses peleando por la renovación del convenio empresarial que se les aplica actualmente y que desde 2022 está en ultraactividad. A pesar de el tesón y capacidad movilizadora que están demostrando a la empresa, esta plantilla carga con una mayor dificultad para presionar a la directiva por ser un servicio pequeño y que se enmarca en un contexto religioso, ya que las residentes son monjas.
Este hecho agrava el ya de por si muy escaso reconocimiento de las trabajadoras del sector de cuidados, generando mas invisibilidad aún, ya que no hay relaciones familiares detrás que puedan apoyar la lucha de estas y visibilizar las condiciones que se dan en la residencia. Nada sale de estas puertas y nadie entra a comprobar cual es la situación dentro de estos muros, hay un desamparo total que dificulta mucho la capacidad de presión de esta plantilla, que aún así no se rinde y sigue apostando por la lucha sindical como medio para conseguir una mejora en las precarias condiciones laborales tanto de esta plantilla como del resto del sector.
A lo largo de este ciclo de movilizaciones que empezó en el mes de octubre, con una concentración y cacerolada semanal a las puertas del centro, el sindicato LAB ha sido testigo de la presión y el amedrantamiento que sufre esta plantilla por parte de la empresa, cuando miembros de la junta ejecutiva de la asociación INMON se han dirigido a trabajadoras de modo aislado dando un ultimátum para la negociación, que en ningún momento ha sido trasladado a la mesa de negociación ni a la representación legal de las trabajadoras.
Desde el sindicato LAB, entendemos este tipo de prácticas como una cruel estrategia por parte de las patronales para confundir, amedrentar y dividir a las plantillas, mermando su capacidad de lucha y organización a través del miedo y la amenaza.
Hemos sido testigos también de grabaciones no consentidas a las trabajadoras mientras participaban en una movilización legal frente a las puertas de la residencia, vulnerando rotundamente su derecho a la protesta.
Nos parece importante vincular este situación a las actuales circunstancias del sector de residencias privadas y viviendas comunitarias de Araba, un sector compuesto por mas de 1.000 personas trabajadoras. La falta de un convenio provincial está generando un contexto en el que las patronales tienen pleno poder para imponer condiciones miserables a sus trabajadoras, aprovechando este hecho para engordar, negándose, como en el caso de la empresa INMON, a reconocer la realidad del territorio en el que viven sus trabajadoras, donde existen sendos convenios provinciales en Bizkaia y Gipuzkoa con mejoras laborales considerables si las comparamos con las de Araba.
Desde el sindicato LAB defendemos y exigimos que sean esos convenios los referentes en el territorio de la CAV y el horizonte para el territorio alavés en lugar de referenciar un convenio estatal firmado en Madrid, con unas condiciones totalmente míseras y que para nada tiene en cuenta la realidad de las trabajadoras de Euskal Herria.
Durante la jornada de hoy queremos generar un punto de encuentro y lucha común, entre las trabajadoras de esta plantilla, con el objetivo de alimentar la unión de las trabajadoras que las patronales intentan fragmentar con sus amenazas y chantajes. Para ello hemos preparado un programa de actividades, un taller de chapas, un bingo musical, una cacerolada cada hora frente a las puertas de la residencia, café tertulia sobre la situación del sector…